FRANCISCO GARAMONA
francisco
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mencionado por:
Alejandro Mendez
Martin Rodriguez
Paula Peyseré
Diego Sánchez
menciona a:
Roberta Iannamico
José Villa
Martín Rodriguez
Gabriela Bejerman
Silvio Mattoni
Migual Ángel Petrecca
Daniel Durand
Arturo Carrera
Cucurto
bio/biblio:
Francisco Garamona (Buenos Aires, 1976) publicó: Parafern, Deldiego, 2000; El verano, Deldiego, 2001; Carcarañá, Casa de la Poesía, 2002; Tavali, Ed. Amranta, 2003; Pequeñas urnas, Gog y Magog, 2003; Cuaderno de vacaciones, Ed. Siesta, 2003; Una escuela de la mente, Eloísa Cartonera, 2004; La momificación de Bárbara, Junco y Capulí, Rosario, 2004; Los patos, Eloísa Cartonera, (con ilustraciones de Max Cachimba), 2005; Que contiene láminas, Gog y Magog, 2005; Aceite invierno, Editorial Municipal, Rosario, 2005 y La leche vaporosa, Vox, Bahía Blanca, 2006
poemas:
Un descampado
La pendeja y el pianista se perderán de nuevo
entre las luces de la terminal de colectivos.
Conviene hallarlos con el humo de una sopa
barriendo todas sus muecas, antes de que llegue el día.
Porque era clave la frescura que envolvía sus piernas,
el olor del chocolate cuando se empastaba
contra el jarro de metal.
-¿Y qué buscaban?
Algo para ajustar las máscaras de cubiertas
de auto con agujeros donde respirar.
Ella no se asusta de nada.
Él repasa escalas mimeografiadas sobre los portales;
el hierro humedecido le sienta bien a los dedos.
Había que ver esa oscuridad como manchas de tinta
accionando las correas en el teatro de los novios,
en la montaña.
Una porcelana, la imagen de un perro pegado
en la tapa de un piano con rebordes de felpa;
las orejas alertas escuchando unas notas.
Él se mira la cabeza en el reflejo de un charco;
con las orejas puntiagudas parece un dios del verano.
Dos sílabas, despiertas, desnudas,
que se enlazan hasta quedar
confundidas en el revuelto de las sombras.
Los relojes sugieren el paso lento de las horas
que se renuevan, no saltan, no se incorporan.
Hay una piedra. Ellos están muy quietos,
es la mañana, no hay viento.
Estudio de una noche
Había que medir la fuerza de las pequeñas cosas,
esas vasijas esmaltadas con rostros de animales
pintados en el frente, estaban ahí, avanzando
con la mirada puesta en el horizonte,
hacia nuestro pensamiento.
Una decisión que dejamos presente
al rodear el caballo de bronce
de una repentina alegría.
Algo se escurría por los bordes
ahí donde el muchacho estaba tendiendo
sus manos para surcar la superficie helada,
con la imagen de un lago
cerca de su corazón y sus pulmones.
¿Llamabas con voces duraderas,
en la puerta de piedra de la casa
que empequeñecía a cada año?
Hay fases fugitivas en el cuarto creciente de la luna,
en las fuerzas sombrías que llevaron y trajeron,
un carro de pan, para posarlo
sobre la mesa y hacerlo rodar.
Así, un día después de otro día,
con gusto a naranjada en los labios.
¿Perderé por todo lo prisionero que había en mí?
¿Esas voces granulosas me están llamando?
Eran respuestas a un mensaje de un mensaje,
que se internaba por las vallas disueltas,
los ríos desbordados, manchas de aceite
para lo inacabado.
La escuela morada
Ya pasó el año nuevo con sus luces y disparos.
Pasaban los barcos, las cáscaras
de nuez en una uña; las horas del día
en que estuve enfermo, desnudo sobre una cama.
Tomaba con mis manos pedazos de madera
y si andaba por el medio de un camino
solía señalarlas con una mueca que quería decir,
"estarían buenas para la escuela morada,
o adentro de una gruta de turismo".
Buscaba el partido de la extrañeza,
la oscuridad, lo hermafrodita,
eso que no tenía mensaje por encima de las cosas:
la clave del silencio era el silencio.
* * *
Very pretty design! Keep up the good work. Thanks.
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cuanta poesía, quiero más!
Una vez te escuché leer poesía y no me gustó para nada pero al leerte en este blog cambié de opinión, estos poemas están muy interesantes.
Anahí
Garamona, muchas veces leyendo tu poesía la sentí oscura,llena de confusión, casi diría hermética, incomprensible. Pero todo eso cambió después de escucharte leer, donde noté como cada noción caía en su punto, y todas esas palabras que en un principio creí desorganizadas, más efecto de un chorreo verbal que de la elección responsable del poeta con sus materiales, cambió radicalmente en mí.
¡y ahora sos uno de los poetas a los que vuelvo con mayor frecuencia! Me compré todos tus libros. me gustaría conocerte y pasarte algo mío. ¿donde puedo escribirte? saludos y gracias a los creadores de este blog que dan mayor visibilidad a la joven poesía.
Mario Delgado
delgado@hotmail.com
Me gustó mucho. GNC
esa historia la vi en tus ojos
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