CONCEPCIÓN BERTONE

mencionada por:
Selva Dipasquale
menciona a:
Ángel Oliva
Mariano Acosta
Beatriz Vignoli
Mercedes roffé
Adriana Borga
Poemas:
CABALLOS
a mi padre Francisco Antonio Aversa,
en memoria
Yo sólo veía del caballo oscuro
el lucero de blanco pelo
que le dividía la frente, la crin
tusada por la parcial visión, por el hecho
de no tener más ojos
que para ver esa estrella. Él
veía la majestuosa genealogía del pedigree,
el pelaje enjoyado por el “masaje”, el
cuidado amoroso, antes y después
de la carrera, el paso airoso,
la apuesta de la corazonada, la gesta, y
lo que yo puedo ver ahora
en el remedo, la copia
-ex profeso inexacta-
que queda en la memoria: el juego
por el juego, por la lúdica
vida, la vana gloria, la herida
siempre enconada del recuerdo. Mi padre.
Un pura sangre, un quemante resuello
de hazañas y rodadas,
un destello de hielo
en los claros ojos. Siempre será
ese modo lejano de amar. La luna,
en un eclipse total, esta noche
que la tierra no la deja mirarse
en los ojos del sol, es fija
de ese amor que me entenebra.
(Del libro ARIA DA CAPO)[Ediciones Del Dock y La Guacha, 2006]
ALGO DE ALDO Y GLOTICA MIA
Yo estuve ahí
pero no vi las patas en la fuente
-me dijo-. Pero ahí estuve. Fugaz
se iba en la diatriba del dolor
injurioso y violento. Diávolo,
diábolo, diantre diamantado. Yo
estuve ahí,
me dijo. Joven,
desprolijo, pero joven,
desordenado pero joven, cuando ahí
estuvo. Y no había Dios,
y no hay, y no habrá. Un ángel
malo, puede ser
que hubiese. Pero no un Dios, mas
sus reses, quizás. Yo no era
un eral, pero era
joven y ahí estaba. La gleba
y yo, siempre. Siervo
de la tierra sí, aterronado sí,
simiente y seminal sí, pero
nunca vendido ni vencido
en la mente donde todo se gloria
según se glosa. Yo
estuve ahí
pero no vi las patas en la fuente.
(Del libro ARIA DA CAPO)[Ediciones Del Dock y La Guacha, 2006]
Elegía para Juan Manuel Inchauspe
Leva en la mirada oscura, navega
el pensamiento en la arruga del ceño, ceñida
como una vela al viento
la cabeza de Juan
en el perfil izquierdo de su cara.
La cabeza apoyada
sobre la mano derecha que rodea el mentón, el candado
del pelo de la barba, la herida
de la boca encerrada bajo el bigote. Alta.
La mano alada eleva la cabeza, la alza
por encima del cuello,
del cogote _como él decía_
sin perder la elegancia, en la elegía
de una vieja conversación: cerveza santafesina
en la mesa de la amistad tranquila, la mesa clara
de Saer y de Juan, en otra foto.
Pero en ésta leva una luz. La luz
de una expresión infusa en los sesos, del peso
inexpresado de eso en la mirada. No
el reflejo de un foco, ni el haz
que se astilla contra un cristal, detrás,
contra su nuca. No.
Una luz en la pupila, un punto iluminado, un asunto
rodeado de pura luz en la oscuridad de sus ojos. Algo
como el alma que no sabemos, el fuego que no inventamos,
el veneno vencido con el mismo veneno. Eso.
Misterio escayolado que en los huesos queda
y fulge en la osamenta su “furiosa estrella: Arturo,
el Centauro, la Osa.” nombres de fuego
dictados a otros hombres, dijo Juan. Acordado,
fiel
al eco de su voz, dijo: “Combate” y
“ Trabajo”. Las palabras, de pronto, anclan
en su cabeza
donde la araña trama
la tela tensa del poema: “Que sea
la frialdad de los otros
lo que ha venido aquí
envolviendo mi cabeza,
empujándome.
¿Qué importa?”
¿Qué importa ahora
la cabeza de Juan, el medio cuerpo
en blanco y negro, el botón de la camisa,
la sortija de un mechón de cabello
apretado a la sien. Un recuerdo de él
en los diarios...?
(No vivió para eso sino para los besos, los labios
que fueron sueños, sudarios, mortaja fluvial de los sueños,
Epitafios de tantos, Tuñón) :
“Todo arde”
Mi cuerpo solo en el desierto del colchón
donde siento que la muerte me abraza
más amorosamente que la vida. Para decir
estuve, estuve en tal pasión,
en tal recodo...
También, Juanele, el Juan
-para los íntimos- en esa fotografía
tomada por Courtalón,
sobre mi escritorio, me abrazaba
en su guía
como el faro que atrae a la tormenta,
y la ilumina, la enfrenta claramente
a los ojos. Esa luz. Y el despojo
de todo eso. La poesía, la vida. Aquello
de la creación que Saer definía como un complot: el lugar
donde se está montando una bomba.... Una bomba
montada en el corazón de una esquina
en la que Juan José te cuenta:
para escribir “El limonero real” tardé nueve años
y a “Cicatrices” lo escribí en veinticinco noches... Esa luz
que no luce, que vela la rebelión, la pelea
velada del cuerpo. El apareo
de ese goce que nace del roce fugaz, de la “rosa real
de lo narrado”. Como
cruzar a nado el vientre del Paraná
partido en dos por un trueno. Por
el filo calado del lamparón.
Y el ruido en el que se quema el río, es música....
(Esa luz, esa acústica. Un sonido abandonado al oído.
En el caracol del oído donde suena esa música. Esa
que no llegaba nunca y cuando llegaba
era seda acordada, cuerdas de un laúd magnífico. El oficio
y el arte, Juan)
Ahora,
roza la eslora de tu cara el fluir. Aflora
igual que el ahogado a otra orilla, el recuerdo:
y vive allí,
no en la mano amputada de aquel amor,
no en el abrazo de tu palabra camarada, sino
en el muñón enamorado de esa palabra.
...............................................Aquello
embelesado en la luz, atravesado por la luz
que leva en tu mirada, que navega
en esa luz primera y última: llama del ser
que fue de luz, ultimado
por ser de luz. Ahora
Se incendia
en la fugacidad de otra tarde, todo. “Todo
arde”, Juan. Porque esta hora
de decepción, que alimenta la rosa del porvenir
se pierde. No se besa. Se muerde
el amor. Se devora, se hurta, se harta. Se atiza
para morir de su fuego. Como el árbol del alcanfor, Juan.
Su llama no deja ceniza.
(Del libro inédito Los Bienes Debidos)
poética:
En mi poética están infusas: la vitalidad inquebrantable de mi creencia y la intensidad de mi vocación, cosas que descubrí desde muy joven cuando aprendí a descubrir la profunda grieta que divide la posibilidad finita del ser humano de sus posibilidades infinitas. Mis cinco sentidos, mis bienes debidos nunca me han permitido pretender que todo está bien en la vida pero tampoco me han dejado no percibir lo bondadoso y lo bello. Mis ancestros me legaron el don de nunca sentarme a llorar sobre la leche derramada y menos a compadecerme a mí misma sino a construirme, a seguir adelante elaborando el dolor y también la dicha, que las más veces devino del dolor. Diría que mi poética es una declaración de mi persona comprometida con esas cosas. En ese espacio sagrado y sin doctrinas, pero tan ético como estético, también están infusos los poetas que fueron mis maestros y mis amigos. Los que están y los que se fueron, son mi faro, mi guía, la brújula de las estrellas: Las Tres Marías y La Cruz del Sur de mi escritura.
Bio/biblio:
Nací en Rosario provincia de Santa Fe, el 23 de abril de 1947. Ciudad donde resido y trabajo en mi taller de poesía y dictando cursos y seminarios. He publicado: De la piel hacia adentro, 1973; El vuelo Inmóvil, 1983; Citas, 1993, Aria Da Capo, 2006. La U.N.L. publicará este año mis libros agotados y la antología Las 40, en las que reuní a tres generaciones de poetas vivas del norte, del sur y del centro de mi provincia. Mi poesía está antologada en el país y en el exterior y traducida a varios Idiomas. Escribo sobre la obra de poetas argentinos en diarios y revistas argentinas y extranjeras.
* * *
Bertone, tu poesía es lo más. El poema de Inchauspe es extraordinario. Se te agradece, Concepción¡
Victor
Quiero conseguir los libros de esta poeta. ¿podrían decirme cómo?
Mi comentario es que es excelente.
Gracias
Manuel
Manuel
Te agradezco el comentario.
Nuestros libros son generalmente inhallables. Citas, pertenece a la editorial Bajo la luna nueva, y está agotado casi desde que fue publicado. Quizás puedas hallar Aria Da Capo si te comunicás con los editores de la revista La Guacha o con Carlos Pereiro de ediciones Del Dock. Y si esperás un poco, la editorial de la Universidad Nacional del Litoral, está editando todos mis libros y saldrán, si los hados me acompañan, en el primer semestre de este año. Gracias Manu.
Concepción
Concepción: estuve leyendo tu obra y me interesa mucho, es muy hermosa. Te cuento que soy estudiante de letras modernas y actualmente estoy trabajando en un proyectito de investigación. Por el momento estamos haciendo un trabajo de relevamiento de producciones narrativas de mujeres cordobesas desde 1970-1983. Como vi en tu biografía, me interesan dos títulos tuyo que no sé si son poesía o narrativa: "De la piel hacia adentro" y "El vuelo inmóvil". Si conocés alguien que pueda entrar en este campo te agradecería si me das los nombres. Quisiera saber si tus obras se consiguen en librerías y sino, cómo podría hacer para llegar a ellas. Desde ya muchísimas gracias. Pilar
Querida Pilar
Gracias por tus palabras, siempre hacen bien. No hay ningún Vuelo inmóvil hasta que me lo reediten este año y eso se lo contesto a Manuel, alguien que me hizo una pregunta semejante. Podés leer mi respuesta en los comentarios del blog. En cuanto a mi primer librito, sólo la joven santafesina que tiene una beca en el CONICET para estudiar mi poesía, lo tiene; y es el único, gracias a Dios. Escribime a mi mail concepcionbertone@hotmail.com
Así puedo contestarte puntualmente lo que necesites saber. Muchos cariños.
Concepción
Un abrazo desde el mar.
Andy Bohoslavsky
Hace muchos años compré su libro El Vuelo Inmóvil en la librería La Cachimba de Rosario y, posteriormente, Citas. Vivo en el exterior, y cada vez que regreso busco infructuosamente sus libros. La admiro y le agradezco su obra, notable, significativa e inspiradora. Blogs como este nos permiten que la sigamos leyendo.
Un afectuoso saludo
Lillian
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