CARLOS J ALDAZABAL
carlos
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mencionado por:
Cecilia Perna
menciona a:
Jesús Ramón Vera
Leonardo Martínez
Rodrigo Galarza
Atilio Romano
Sergio De Matteo
Laureano Huayquilaf
Eduardo Robino
Álvaro Urrutia
Miriam Fuentes
Gerardo David Curiá
Florencia Abadi
Valeria Resenite
Laura Petrecca
poética:
Poética:
En el escaparate
el libro bosteza su nostalgia de polvo.
Un fantasma estornuda. Yo escribo.
Tres poemas:
Febrero.
A mi hermana
le crecían nubes en las uñas
cuando el carnaval se acercaba
al tumulto de las siestas.
Ella conjuraba el agua
para que las ondinas expresaran
su contento desde el aire
...........................que chicoteaba la ventana
..................para asustar a los duendes
.................................arañadores de techos
............................................y de tejas.
Yo me escapaba con los duendes
porque aborrecía
................que las ondinas
me lamieran los huesos con sus lenguas de agua,
porque aborrecía el sudor de boca
que reverberaba en las sombras
escalofriándome el ánimo.
Al instante
...........mi hermana se enojaba
y un duende arrepentido
resbalaba en el llanto
y el rito se cumplía
por el carnaval atrapado en las lágrimas,
por las ondinas graciosas
.....transparentadas en sol
.............que acariciaban la nostalgia de la brisa.
A las siete de la tarde
ya estábamos adentro, merendando,
imaginando el destierro
del patio y de sus seres, del carnaval
y el momento amenazante del olvido
que se cernía sobre la ciudad
como la certeza de la noche.
Las mascotas.
La blanca tenía la lengua triste,
con esa tristeza de perro chico
que se siente impotente
para engullir las manos de los asesinos.
La negra era un dragón
con pinchos en la espalda
que solía mirar por el vidrio
con la ternura de un Cristo,
...............de un Gandhi eterno,
portador de una melancolía nueva,
..............................inadmisible.
(Cruzando la frontera vivía un oso,
sobreviviente estéril de una raza mágica
encargada de custodiar al que dormía
en cuna de mimbre trenzada por el tiempo.)
La negra cultivaba el respeto
.....................por su madre
y la blanca enseñaba los tesoros ratones
....................a su hijastra
y en las noches de ánimas errantes
se juntaban en un dúo de lamentos
antes de la danza
..................en torno de la piedra.
(Cuentan que el oso cayó prisionero
de un cazador de animales ordinarios
y terminó en cobertor
de cuna de mimbre trenzada por el tiempo.)
Yo escarbé en la ausencia
cuando en diciembre vino la emboscada
y una guadaña roja se clavó en la frente
....................................de la negra
y una guadaña ciega cercenó la tristeza
....................................de la blanca
y la parca reía
y todo el mundo hablando sobre el alma
..........................que es cosa de los hombres
y yo sin comprenderlos
y encima este recuerdo que me escarba las sienes
......................................y todavía nada.
La higuera.
Cuando el argumento lo exigía
yo era el que despertaba a los fantasmas
..y llamaba a los ovnis
para viajar en el torrente sanguíneo
........de lo absurdo.
Las runas se trazaban
sobre las axilas,
.................las esquinas de los barrios
..........que escondían duendes ostrogodos,
y así la invocación surtía efecto.
La higuera era el buque pirata
..............que conducía a la selva del fondo,
.....la máquina del tiempo que me acercaba
.................al dinosaurio perro
..............que me mordió una tarde
.........y terminó ahorcado por el vecino,
......................................el malo de la jungla
......................................al que yo bombardeaba
......................................con piedras de Hiroshima
..........................para reírme de la radioactividad
.........................................que se elevaba
..........................sobre el tejado de sus cejas.
Cierto día el buque se hundió:
....................mamá decidió parquizar el fondo
.....................y eliminar las malezas
....................que afeaban las fuentes de las ninfas,
................................................seres de yeso
............................que se comieron la tierra de las parras
............................y confabularon con el vecino
............................para terminar con mi reinado
sobre la higuera.
(los tres poemas son de Por qué queremos ser Quevedo)
bio/biblio:
Carlos Juárez Aldazábal nació en 1974. Es de Salta. Su primer poemario, La soberbia del monje, se publicó en 1996 gracias a un subsidio de la Fundación Antorchas. A ese libro le siguieron Por qué queremos ser Quevedo (1999) y Nadie enduela su voz como plegaria (2003). Entre otros, obtuvo el Primer Premio Regional de Poesía de la Secretaría de Cultura de la Nación y el Primer Premio del Segundo Concurso “Identidad, de las huellas a la palabra”, organizado por Abuelas de Plaza de Mayo. Colabora con suplementos literarios del país y del exterior. Es Becario del CONICET, docente universitario y periodista. Su blog es www.elpimentero.blogspot.com
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Hola, Carlos, estoy aquí leyendo a los escritores que están en el blog del que yo ahora, también formo parte. Me detuve en tus poemas. Me gusta el tono reflexivo y la musicalidad de tu poesía. No conocía tu trabajo. Muchos saludos desde Buenos Aires. Selva Dipasquale
Genial la presentación de tu poética. Un saludo
Silvia Castro
muchas gracias...
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