ENRIQUE SOLINAS
Enrique
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mencionado por:
Griselda García
menciona a:
Javier Adúriz
Ivonne Bordelois
Emiliano Bustos
Rodrigo Eduardo Galarza
Daniel Freidemberg
Liliana Lukin
Yanina Magrini
Hugo Mujica
Diego Muzzio
Paulina Vinderman
Bio/biblio:
Enrique Solinas nació en Buenos Aires el 11 de julio de 1969. Es Licenciado en Letras, especializado en Letras Clásicas. Publicó Signos Oscuros (1995), El Gruñido (1997), El lugar del principio (1998) y Jardín en movimiento (2003). Obtuvo varios premios, entre ellos, el 1er. Premio Nacional Iniciación de la Secretaría de Cultura de la Nación 1992/1993 y el Subsidio Nacional de Creación de la Fundación Antorchas 1997. Su obra forma parte de antologías nacionales e internacionales, entre ellas, Projeto Latinas, Minas Gerais, Ediçoes Funalfa, 1999 y Los poetas interiores (una muestra de la nueva poesía argentina), Ediciones Amargord, Madrid, 2006. Actualmente, además de la poesía, se dedica a la narrativa y a la investigación.
Poética:
Creo que la literatura es para mí el lugar de encuentro con el mundo, donde lo bello y lo terrible se fusionan; donde es posible expresar –cada vez intentando ser más preciso en el decir– el pensamiento y su emoción. Entre el deseo y el resultado de ese deseo está el poema imperfecto, frágil, feroz, cerca y extraño. Imposible de capturar.
poemas:
La que no está
Veníamos a reclamar
la transparencia nuestra de su cuerpo.
Hablaba tanto la difunta
que su silencio nadie
podía callar.
Qué tristeza,
los pájaros cantan la mañana.
Su cuerpo de nosotros tan perdido,
tantas veces perdido en nosotros.
Qué tristeza:
ser tan difunta
justo cuando veníamos
a reclamar su corazón.
(de Jardín en movimiento, 2003)
Bucólica
El olor de tu cuerpo, amigo mío,
me recuerda al color de la infancia.
Una pradera con demasiado sol
cuando no estoy triste,
cerca del río
en donde alguien dibuja mi ciudad.
Nada es tan importante ni inocente
como pensar en un día perfecto:
vaca y pasto,
los pájaros que nos sobrevuelan
como a San Francisco;
algunas flores,
sendero de amapolas;
el cielo quieto y azul
de utilería.
Sé que pronto ya no estarás aquí.
Todo es inmediato.
Sé que pronto
te ocultarás detrás del sol.
Disfrutemos ahora de este día,
que el mañana no es cierto.
Brillemos como el agua en la noche,
tan sólo para la memoria.
El Rostro de Dios
a mi madre, in memoriam
Esa mujer
extendida hasta nunca debajo de la sábana
no muestra signos de respiración.
Apenas es el resto de una imagen,
el personaje principal en bastidores
no disponible para despedidas.
Hacia los costados,
sus brazos se alargan y tocan el infinito.
Las manos se apoyan en oriente y occidente
sin ganas ya,
sin intención.
Descorro la sábana y al mismo tiempo
vuela una mosca como ninfa sorprendida.
He aquí la cuestión:
sus labios entreabiertos y la piel extraña
contrastan con el gesto de una sonrisa,
y el único signo de vitalidad
es la mosca
que ha bebido toda su respiración.
Si la mujer sonríe es porque sabe algo
que nunca terminó de decir.
Si la mujer sonríe
es porque nos ha engañado
y nunca sabremos el motivo.
Pasa el tiempo como la vida pasa,
como pasa lo bello y lo triste.
Luego la abrirán en dos
para saber la causa de su fallecimiento.
Luego,
su rostro cambiará y será otra,
alguien desconocido.
Ahora sé que éste es el rostro de Dios:
una mujer que se va y la mosca que sonríe,
compartiendo la misma despedida.
Tan sólo nos queda
cubrir el cuerpo de la desesperanza
y contemplar el aire de la noche,
fatal y divino.
* * *
Bella tu poesía, Enrique. ¿Cómo puedo contactarte?
Enrique, me gusta tu precisión en el decir y esa suavidad violenta de tus pomeas. Esto es poesía, sí señor.
me encanta que nuestros poemas se encuentren aquí en esta gran bosque de palabras nadadoras, gracias por tu saludo!
dolores etchecopar
Navegando por el cyber espacio he encontrado está página genial; navegando por esta página genial, el azar quiso que te encontrara y disfrutara mucho de tu poemas; ¿existes realmente o alguien te ha inventado para que todos nos identifiquemos con tus poesía?
Tu poesia es tan transparente y fuerte como el libro que editaste ahorita (el de la tapa de sirena).
Enrique, me encantó conocerte en Fedro y más me encantó haberme conmovido aquí y allí con tus poemas.
Espero nuevas ocasiones para escucharte y leerte
Un abrazo
Enrique, fuiste un descubrimiento para mí, te escuché en Fedro y ahora te puedo leer aquí. La verdad es que no te conocía, alta poesía, sencilla y feroz, quiero libros tuyos.
Solinas, qué buena posía la suya, un fuego.
Espero no ser obvio, pero me gustó mucho tu poesía, te escuché en Fedro y quedé conmocionada!!!!
Un gran abrazo de
DIDí
¡¡Un placer leerte aquí, hace tanto tiempo que no sé nada de vos!! ¿Te acordarás de mí? Soy quien leyó tus primeras publicaciones ¡¡¡y ahora me encuentro con un poeta sensacional!!!
Estoy donde siempre, así que si te lees por estos pagos, llamame. ¡Qué poesía, ese poema de la madre...! ¡Qué poesía!
¡Henry!, te reencuentro aquí, que siga tu poesía creciendo cada vez, como mis plantitas.
Quiero verte!!!!!! Escribime, no seas...
Enrique soy Silvia y hoy te he descubierto..
excelente la mirada de tus poemas..
me interesaría contactarme contigo.
s_palferro@yahoo.com.ar
Me encanta tu poesía, Enrique, y pronto estaré en Buenos Aires. Deseo conocerte. Por favor, escribime a: carmen.riv@gmail.com
Hola Enrique! Bellísimos tus poemas y me encantó tu último libro. Digamos que lo devoré en unos pocos minutos... Un abrazo.
Hola, Enrique,
tu poesía es bellísima, tan original, tu voz tan ingenua y tan peligrosa, a la vez...
Después de leerte, me quedé sin palabras, y no puedo hacer otra cosa que leerte otra vez.
Y eso es lo que te quería decir, ojalá que en algún momento nos conozcamos...
Valery
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