SANTIAGO ROUAUX
santiago
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mencionado por:
Osvaldo Bossi
Guadalupe Muro
menciona a:
Walter Cassara
Roxana Ibañez
Osvaldo Bossi
Nicolás Domínguez Bedini
Guadalupe Muro
Ars poética.
El poema es un pequeño acto de seducción,
un engaño -aunque inocente-
como si estuviera intentando convencerte
de que durmieras conmigo.
poemas:
///
Un río nocturno atraviesa la casa,
nadie sabe de dónde vienen sus aguas
y sin embargo noche tras noche están allí
recorriendo un mismo camino.
Alcanza con apagar la solitaria lamparita
que vela la oscuridad del pasillo,
cerrar el último ojo en los dormitorios, la última
de las puertas, que también son ojos
para que las corrientes
empiecen a brotar
como si en algún placard hubiera
un manantial oculto, que ninguna de mis expediciones
alcanzara a descubrir.
///
La sala se inunda primero,
la cocina y los baños después.
En los pasillos las aguas corren,
lamen las paredes desde afuera
como si quisieran entrar.
Yo escucho atento el trayecto de esos pasos,
que antes fueron los nuestros, corriéndose
unos a otros, y muchos antes
los míos, buscando, incansables,
la secreta procedencia
de aquel río.
///
En las camas contiguas, mis hermanos duermen.
Pareciera que el sueño es otro río
que se los ha llevado ya,
y que ahora, en aquellos rápidos, los durmientes navegan
montados en sus colchones, como sobre alfombras mágicas,
combatiendo las tempestades y a un viejo Poseidón
que con un soplo ligero hincha
el velamen de sábanas.
¿Habrá en el fondo un calmo océano en el cual
todos los ríos confluyen, y donde los navegantes
recorremos juntos las aguas del sueño e intercambiamos
nuestras bitácoras de capitán?
///
Las tías tienen gatos.
Los abuelos, enormes bibliotecas
con libros que de tan viejos
no se sabe si resistirán una lectura más.
Las primas tienen trenzas
y espejos donde peinar las trenzas.
Nosotros en cambio
tenemos esto: un río que nadie ve
ni toca
ni oye.
///
Hasta las hormigas han emigrado.
Antes andaban por la mesadas y los zócalos
Y había que estar siempre atento
porque robaban chocolates o se quedaban
con la cena del día
si uno se distraía.
Ellas tenían sus propios ríos
cuando iban o volvían
del hormiguero.
“Intrusas” decían las otras madres de la cuadra,
mientras recibían al fumigador.
Nosotros, en cambio, pensábamos que eran ellas
las verdaderas dueñas de casa,
eran ellas quienes mantenían las paredes en pie,
trabajando en sus cimientos
como pequeñísimos albañiles.
Ahora que se fueron, la casa se viene a pique.
Sabían lo que ocurría en las noches,
por eso partieron.
Hasta las hormigas migraron.
///
Querido diario, te escribo porque sé
que nadie va a leerte. Ningún otro te poseerá,
no habrá ojo extraño que vele
tus páginas como yo lo hago.
Y sin embargo, diario,
aunque estés en tu cajón y yo lo sepa,
estás en todas partes. Tu sola presencia
es un corazón que late, oculto
en algún sótano de la casa.
En un remoto lugar, aguarda
tu descubridor que me arrancará
una parte de mí al tocarte.
Por eso te escribo para las llamas.
Sólo esa luz podrá tener
tus confidencias, y ya ninguna otra.
De un pequeño fuego que me habita
naciste, y hacia otro vas.
Sé bien lo que tengo que hacer:
aunque en el comedor no haya hogar donde quemarte,
un río nocturno se encargará de vos.
Allí termina el conteo de tus páginas.
///
No hay forma de escapar de él.
Corre también debajo de mi almohada,
como si entre una sábana y la otra
un pequeño caracol se escondiera,
uno de ésos en los ha quedado atrapado
el sonido del mar.
///
Así imaginaba yo aquellas aguas:
su negro caudal de lento movimiento,
bajo un enorme lago de vapor. Cada uno
espejo del otro. Y entre ambos mares,
no se sabe cuál de los dos más denso, miles
o millones de barcazas con sus faroles,
luciérnagas que perforan la niebla.
///
Cuando abrí la puerta las cosas eran distintas. Las olas grandes saltaban
sobre las pequeñas, y los chorros volaban por el aire
como si hubiera allí ballenas resoplando.
Tiré mi diario adentro, lo arrojé con fuerza
por miedo a que me fuera devuelto
como hacen los lagos con la basura.
Sin embargo, un hilo invisible
nos unía, y fui yo el que caí adentro.
Ambos nos fuimos con la corriente.
Nunca supimos si aquél
fue nuestro lecho mortuorio
o nuestro lecho de nupcias.
* * *
Muy buenos poemas Santi!. Me gusta la precensia de historia que hay en ellos.
Saludos
Ezequiel
www.unarazonparavivir.com.ar/blog
Siempre sensato a la hora de mentir, de jugar, de hacer trampas con las palabras que ahí, en un lugar privilegiado, se muestran mágicas, atentas y cálidas. Hermoso poema de sencillez sublime! Te mando un beso San! Nos vemos por Puan o por algún otro rincón...
Saludos Turin!
Agus
Me gustaron mucho estos poemas! Te dejo un abrazo y me quedo con la expectativa de poder leer más
Santiago:
Muy buenos poemas. Me gustaría seguir leyéndote, mantenés algún blog? Saludos
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