DANIEL FREIDEMBERG

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mencionado por:

Enrique Solinas
Ezequiel Zaidenwerg
Alejandro Crotto
César Bandin Ron

menciona a:

Juan Carlos Bustriazo Ortiz

Bio/biblio:

Daniel Freidemberg nació en 1945 en Resistencia (Chaco). Reside en Buenos Aires. Libros de poemas: Blues del que vuelve solo a casa (1973), Diario en la crisis, 1986, Lo espeso real (1996), La sonatita que haga fondo al caos (antología, 1998), Cantos en la mañana vil (2001), Noviembre (plaqueta, 2006). Es autor de 16 de antologías de poesía, en su mayor parte argentina y latinoamericana. Integró el Consejo de Dirección de Diario de Poesía desde su fundación, en 1986, hasta 2005.

blog: días después del diluvio

Poética:

Hubo un tiempo en que la poesía fue aventura, revelación, deslumbramiento, la fruición de ir viendo cómo las palabras se juntaban para inventar un mundo más vivo, que después uno iba extendiendo al mundo que realmente habitaba. Ya no. Pasaron cosas que me pusieron frente a la incurable precariedad de las palabras, y escribir poesía entonces fue tratar de encontrar palabras, frases, tonos, que pudieran sostenerse sin sentir que la escritura de uno aporta más banalidad a la banalidad generalizada, más mentira a la mentira. Escribo sobre todo para averiguar qué sería escribir, para ir probando, escribo al borde de la insignificancia y del ridículo, como el que sale a dar algunos pasos en la luz apabullante de una mañana de otros, pero tratando al menos de que sean sus propios pasos, con su propio ritmo y su propio modo de plantarse en el suelo, tal vez para contrapuntearse con los pasos de otros, y que algo en ese roce estalle.


Poemas:

Estos poemas pertenecen al libro En la resaca, que aparecerá este año, publicado en Buenos Aires por Paradiso y en México por Filodecaballos.



Noviembre (xv)


Igual que entonces las
............................cigarras, y además
............................tracatrá de cumbia:
acá me trajo el declinar de mi padre, o el
amontonamiento de los años.
Como quien oye otra agua atrás, el tiempo
...........................................se deshizo: acá
perros amarillentos de cabeza gacha, el sol,
no ya palabras (¿qué
........................palabras? “¿duele mucho?”)
no ya el amanecer exhausto en la ciudad
donde creí no ser amado: la piel
.......................extensa y blanca, el hueso, la
.......................perecedera fibra muscular,
un cuerpo pálido y vapor de zapallo.
¿Te acordás, viejo, las cigarras?
Caigo en mi padre como quien dice “los belfos, las lanzas”.




Noviembre (xviii)


Y las cigarras, papá, el olor fuerte a nafta de la chata
ya vieja, la chata, despacio, a los tumbos
por la calle de tierra. Tabaco negro y jabón de afeitar,
pocas palabras de tu parte, ninguna de la que pueda acordarme,
el sol encima, no este que aplasta, el de entonces,
a dónde íbamos, no puedo recordarlo. ¿A acá, a donde estamos?



Noviembre (xix)


Nunca le hablé de las cigarras, pero
tampoco le importaban. No puedo decir, en realidad,
de qué hablábamos. Las manos en el volante, el tambalear
de toda la chata al salir del asfalto. Eso que miro
con tubos en la nariz, es mi padre, tratando
de decir algo, ¿a quién? ¿a mí?, la frente, las sienes
iguales a las del espejo, una enorme carne pálida.