FERNANDA CASTELL
mencionada por:
Marina Mariasch
menciona a:
María Negroni
Hugo Padeletti
Juana Bignozzi
Arturo Carrera
Marina Mariasch
Reynaldo Jiménez
Liliana Ponce
Patricia Sada
Santiago Llach
Carlos Eguía.
Poemas:
El Dogo
A toda velocidad mundo piedras el mundo grava mundo torrente en busca de
aquellas células que complementan las suyas. Nunca le ha pasado. A toda
velocidad la síntesis de los suelos. El vino es la síntesis del viento, de
los sedimentos más antiguos. Es como si la mordieran por adentro.
No tenerlo. Convengamos que es así. Pero eso nunca le había pasado. Es vino.
Añejo. De la boca de él. Nunca. Es dormir caer vertical adentro de sí en
un pozo de aire. En un agujero de tiempo. No tiene nombre. Ha perdido la
mención. El tiempo.
Está bien que suceda, imprimiendo un sello en las muñecas. Que pronto se
termine como la vidita de los cobayos. Uno los ama sabiendo que mueren a los
dos años. Se extraen los cadavercitos de la pecera, se los despide
dignamente y otra cosa. Su hijo, por ejemplo desea tener un perro. Ella
preferiría con todo gusto un roedor de alta definición. Un animalito de
tecnología de punta. Algo así como un tamagotchi con necesidades afectivas
cronometradas. Se le ocurren varias cosas. Podría enterrar el
teléfono en una maceta. Irse a caminar a la Patagonia. Cocinarse los dedos
para que no le piquen más. ¿Por Dios de dónde sale tanta agua? Se le inundó
la galería. Era calvo. Con una barbita apenas dibujada en la
porosidad calcárea de su expresión de soy untipointegrado. Pero a pesar de
sus insinuantes despedidas, no se trataba de él.
Amanece más temprano. El 21 de junio rompe la regla invernal y el día
despunta antes. En invierno los nidos de gorriones se pueblan de pollas que
empollan los huevos para la primavera. Los bulbos pulsan lentamente.
Conservan el pulso. Mejor dicho pulsan con la tierra escarchada y en las
lagunitas, por debajo de la superficie vidriada hay además de diatomeas,
unos pecesitos apenas visibles y huevos de rana. Según la rueda medicinal de
los Hopi la rana es el animal de la limpieza. Adora la ubicuidad de estos
animalitos elásticos. Son tan bellos con esas patas elásticas y plegadas al
cuerpo como si fueran danzarinas butoh. La danza en la
quietud. En la paraplejia, movimiento. En la lucidez, infanticidio. Los
Inuit sabían de esa ley compensatoria. En tiempos de escasez se comían al
más chico de la prole para fortalecer al futuro proveedor. Y las mujeres
amantes de la doble función masculina, adoraban aquel buen cazador capaz de
coser pieles más gruesas.
Como si le importara a alguien, está trabajando con las palabras: hacer de
cuenta que habla o es hablada por otro: recto, claro, luminoso como el
cráter de un lago. Tiene una vecina con una teta menos: –fijate como entré y
mirá cómo me voy la cuestión no es el muñón en sí, esa grieta
rosada se ríe por no llorar de aquella convexidad ausente. A su mejor
amigo le faltan todos los dientes: - falta de leche materna cuando me
abandonaron en una zanja. Soy hijo de una loca. Cuando lo besa evoca los
dientes de leche. Los dientes de calcio y flúor y se imagina toda una fauna
debajo de la prótesis. Siente deseos de abrazar a todos los muñones del
mundo y decirles ustedes tienen entidad propia.
Se revuelca en su cama y se pregunta a quién le importa. Nada de nadie.
Salvo la propia progenie o los panza hinchada africanos que producen horror
concentrado. A quién le importa nada de ella. O de lo que siente o no
siente.
¿Qué significa que una poeta loca perdone a su madre antes de tirarse por la
ventana? De qué sirve enseñarle a nadie la estructura interna del bicho
bolita.
Todo es un devenir en el riacho áspero de papeles y tinta. Somos cartoneros.
Cirujas del buen leer.
-cuánto me da por éste
-está deteriorado
-pero me dijeron que es un Borges
-20 pesos
-vamos gordo, si lo vendemos como papel nos dan más
Africana en la calle que me lleva a donde siempre. El eterno retorno ha roto
su repetición ahora estoy en la tangente. Y no vuelvo como siempre vestida y
con frío. Me quedo braquiando de rama en rama. Llego al nido. Y le saco los
piojos a la más chica.
¿Cómo es un cuerpo asimétrico? La naturaleza nos prepara para buscar la
igualdad de las mitades. Movernos conservando el eje. Los otolitos nos
preservan de las caídas que puedan dañar nuestro sistema ambulatorio. Pero
al envejecer perdemos visión. El tabaco nos resta olfato y aumenta nuestra
presbicia, sin contar los ansiolíticos. El cuerpo pierde simetría. Esa
pretensión de las mitades. Cada lado tira para su lado. Mi brazo busca una
manzana y el otro se estira por un cigarrillo de mala calidad.
Ay ay ay.
Los discos intervertebrales son cada vez más finitos, como las hostias.
Cuando se sienta en la máquina percibe la presencia de la lumbar. Se ha
introducido en cámaras de ozono. Se ha inyectado oxígeno. El dolor es
persistente como la gota de una canilla con el cuerito roto o el ruido que
hace un rengo cuando persigue el micro. Este verano se fue con su amigo al
lago de los cisnes de cuello roto. En realidad son de cuello negro, pero
parece que un maniático les rompió el cuello a todos y como es un adicto a
la danza se pasó todo una noche haciendo acrobacia por el cisne muerto.
Ellos. Mis amigos buscan agua, calor y sombra discreta para que su par de
penes no se asfixien.
Cuando me estés alcanzando el último vaso de agua recuerde estos días. Días
de inocencia. De colores estridentes de desgarrones. De odios. Profundos
odios pasando su lengua sobre angelitos de mármol. Pero ese tiempo que
adelanto me alcanza para hacerte la chocolatada con la felicidad de las
madres que tienen a su prole a buen resguardo.
(cuando se lean estas páginas y yo haya desaparecido, puede que te esté
ocurriendo lo mismo. Sabrás entender.)
Poética
El largo mirar ... difícil de contar, hay que hacerlo. Tiene que ver con
cortar, pensar, mezclar, separar, añadir, tallar.... La gran fundación.
Romper las reglas.
Biografía:
nació en Coronel Dorrego en 1965, vive en La Plata, y trabaja
como antropóloga. Tiene dos libros publicados: “En el abras”, por editorial
Siesta y “Peces de agua” (bilingüe) por editorial Tema, de Portugal, y
cuatro libros inéditos
Marina Mariasch
menciona a:
María Negroni
Hugo Padeletti
Juana Bignozzi
Arturo Carrera
Marina Mariasch
Reynaldo Jiménez
Liliana Ponce
Patricia Sada
Santiago Llach
Carlos Eguía.
Poemas:
El Dogo
A toda velocidad mundo piedras el mundo grava mundo torrente en busca de
aquellas células que complementan las suyas. Nunca le ha pasado. A toda
velocidad la síntesis de los suelos. El vino es la síntesis del viento, de
los sedimentos más antiguos. Es como si la mordieran por adentro.
No tenerlo. Convengamos que es así. Pero eso nunca le había pasado. Es vino.
Añejo. De la boca de él. Nunca. Es dormir caer vertical adentro de sí en
un pozo de aire. En un agujero de tiempo. No tiene nombre. Ha perdido la
mención. El tiempo.
Está bien que suceda, imprimiendo un sello en las muñecas. Que pronto se
termine como la vidita de los cobayos. Uno los ama sabiendo que mueren a los
dos años. Se extraen los cadavercitos de la pecera, se los despide
dignamente y otra cosa. Su hijo, por ejemplo desea tener un perro. Ella
preferiría con todo gusto un roedor de alta definición. Un animalito de
tecnología de punta. Algo así como un tamagotchi con necesidades afectivas
cronometradas. Se le ocurren varias cosas. Podría enterrar el
teléfono en una maceta. Irse a caminar a la Patagonia. Cocinarse los dedos
para que no le piquen más. ¿Por Dios de dónde sale tanta agua? Se le inundó
la galería. Era calvo. Con una barbita apenas dibujada en la
porosidad calcárea de su expresión de soy untipointegrado. Pero a pesar de
sus insinuantes despedidas, no se trataba de él.
Amanece más temprano. El 21 de junio rompe la regla invernal y el día
despunta antes. En invierno los nidos de gorriones se pueblan de pollas que
empollan los huevos para la primavera. Los bulbos pulsan lentamente.
Conservan el pulso. Mejor dicho pulsan con la tierra escarchada y en las
lagunitas, por debajo de la superficie vidriada hay además de diatomeas,
unos pecesitos apenas visibles y huevos de rana. Según la rueda medicinal de
los Hopi la rana es el animal de la limpieza. Adora la ubicuidad de estos
animalitos elásticos. Son tan bellos con esas patas elásticas y plegadas al
cuerpo como si fueran danzarinas butoh. La danza en la
quietud. En la paraplejia, movimiento. En la lucidez, infanticidio. Los
Inuit sabían de esa ley compensatoria. En tiempos de escasez se comían al
más chico de la prole para fortalecer al futuro proveedor. Y las mujeres
amantes de la doble función masculina, adoraban aquel buen cazador capaz de
coser pieles más gruesas.
Como si le importara a alguien, está trabajando con las palabras: hacer de
cuenta que habla o es hablada por otro: recto, claro, luminoso como el
cráter de un lago. Tiene una vecina con una teta menos: –fijate como entré y
mirá cómo me voy la cuestión no es el muñón en sí, esa grieta
rosada se ríe por no llorar de aquella convexidad ausente. A su mejor
amigo le faltan todos los dientes: - falta de leche materna cuando me
abandonaron en una zanja. Soy hijo de una loca. Cuando lo besa evoca los
dientes de leche. Los dientes de calcio y flúor y se imagina toda una fauna
debajo de la prótesis. Siente deseos de abrazar a todos los muñones del
mundo y decirles ustedes tienen entidad propia.
Se revuelca en su cama y se pregunta a quién le importa. Nada de nadie.
Salvo la propia progenie o los panza hinchada africanos que producen horror
concentrado. A quién le importa nada de ella. O de lo que siente o no
siente.
¿Qué significa que una poeta loca perdone a su madre antes de tirarse por la
ventana? De qué sirve enseñarle a nadie la estructura interna del bicho
bolita.
Todo es un devenir en el riacho áspero de papeles y tinta. Somos cartoneros.
Cirujas del buen leer.
-cuánto me da por éste
-está deteriorado
-pero me dijeron que es un Borges
-20 pesos
-vamos gordo, si lo vendemos como papel nos dan más
Africana en la calle que me lleva a donde siempre. El eterno retorno ha roto
su repetición ahora estoy en la tangente. Y no vuelvo como siempre vestida y
con frío. Me quedo braquiando de rama en rama. Llego al nido. Y le saco los
piojos a la más chica.
¿Cómo es un cuerpo asimétrico? La naturaleza nos prepara para buscar la
igualdad de las mitades. Movernos conservando el eje. Los otolitos nos
preservan de las caídas que puedan dañar nuestro sistema ambulatorio. Pero
al envejecer perdemos visión. El tabaco nos resta olfato y aumenta nuestra
presbicia, sin contar los ansiolíticos. El cuerpo pierde simetría. Esa
pretensión de las mitades. Cada lado tira para su lado. Mi brazo busca una
manzana y el otro se estira por un cigarrillo de mala calidad.
Ay ay ay.
Los discos intervertebrales son cada vez más finitos, como las hostias.
Cuando se sienta en la máquina percibe la presencia de la lumbar. Se ha
introducido en cámaras de ozono. Se ha inyectado oxígeno. El dolor es
persistente como la gota de una canilla con el cuerito roto o el ruido que
hace un rengo cuando persigue el micro. Este verano se fue con su amigo al
lago de los cisnes de cuello roto. En realidad son de cuello negro, pero
parece que un maniático les rompió el cuello a todos y como es un adicto a
la danza se pasó todo una noche haciendo acrobacia por el cisne muerto.
Ellos. Mis amigos buscan agua, calor y sombra discreta para que su par de
penes no se asfixien.
Cuando me estés alcanzando el último vaso de agua recuerde estos días. Días
de inocencia. De colores estridentes de desgarrones. De odios. Profundos
odios pasando su lengua sobre angelitos de mármol. Pero ese tiempo que
adelanto me alcanza para hacerte la chocolatada con la felicidad de las
madres que tienen a su prole a buen resguardo.
(cuando se lean estas páginas y yo haya desaparecido, puede que te esté
ocurriendo lo mismo. Sabrás entender.)
Poética
El largo mirar ... difícil de contar, hay que hacerlo. Tiene que ver con
cortar, pensar, mezclar, separar, añadir, tallar.... La gran fundación.
Romper las reglas.
Biografía:
nació en Coronel Dorrego en 1965, vive en La Plata, y trabaja
como antropóloga. Tiene dos libros publicados: “En el abras”, por editorial
Siesta y “Peces de agua” (bilingüe) por editorial Tema, de Portugal, y
cuatro libros inéditos
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Doguita es muy bueno encontrar tus espadas por acá en breve te llamo
disfrute mucho de esta lectura, gracias.
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