MORI PONSOWY
mencionada por:
Cristian Vazquez
Mercedes Araujo
Pablo Anadón
menciona a:
Julio Llinás
Andrés Neuman
Marina Serrano
Jorge Fondebrider
bio/biblio:
Mori Ponsowy es autora de “Enemigos Afuera” (poemas, Ediciones del Copista, Argentina, 2001, Primer Premio Nacional Iniciación de la Secretaría de Cultura de la Nación y Mención de Honor del Fondo Nacional de las Artes) y de “Los colores de Inmaculada” (novela, El Brocense, España, 2006, Premio de Novela de la Diputación de Cáceres).
Ha traducido a las poetas norteamericanas Sharon Olds (“El Padre”, Bartleby Editores, España, 2004) y Marie Howe (“Lo que hacen los vivos”, Editorial Luna Nueva, Venezuela, 2004).
BLOG
www.unagomadeborrar.blogspot.com
Poemas:
ADN
El niño nunca ha visto dormir a su padre
pero duerme en la misma posición incómoda que él,
apoyado en un costado, los brazos estirados para atrás,
las manos entrelazadas, como un faquir.
Empeñado en armar un rompecabezas de ocho piezas
los ruidos que hace son los mismos que escuché hace años
cada vez que su padre destemplado intentaba arreglar
el inodoro, la pileta o el acuario del ajolote, en vano.
Lo recuerdo sentado en el piso de la casa que hicimos juntos
mirando el cielo de la mañana sin parpadear,
o acostado en la cama, adheridos los ojos a una pared,
como si ahí habitara el fantasma que lo visitó una vez.
Quería tener un hijo, le dije, para tenerlo a él dos veces,
para sentirlo crecer de mí, dentro de mí, para tener otra versión
del hombre amado, indefenso sobre mi pecho.
Al fin su estirpe ocurrió en mí, multiplicando
células infinitas, repitiendo patrones,
cayendo en uno o dos errores imprevisibles,
modificando los acentos de mi alma sin permiso,
reemplazando un decorado austero
por tiras bordadas, pañales, noches en vela.
Ahora, veo a mi niño poner interminablemente
un dinosaurio plástico tras otro, y recuerdo a su padre
cuando decía que encolumnar soldaditos de plomo
era de todos los juegos de infancia su preferido.
Y me pregunto si las extravagantes posiciones de dormir,
la obsesión con las filas y esa extraña afinidad por los anfibios,
son cosas que su ADN transmitió a mi hijo,
o si no son las leyes hereditarias, sino Dios
haciendo esto por mí: que el niño sea como su padre
para que, así, él aún esté conmigo.
perteneciente a "Enemigos afuera"
ROMPECABEZAS
Veo las piezas en esta mesa de madera,
desparramadas como caracoles marinos
olvidados un día de lluvia, sin sentido
en su disposición arbitraria, riéndose de mí,
irreverentes.
Tantas, que ninguna caja alcanzaría.
Pequeñas como óvulos algunas; otras,
pesadas como el mar. Imágenes de agua,
bosques, oscuridades. Ninguna puede
ser devuelta. Se multiplican cada segundo,
abandonan los lugares donde necesito verlas,
claman por atención si me distraigo.
El rompecabezas está en mis sueños,
mis sueños en él. No hay despertar al alivio,
descanso reparador, diferencia entre noche y día.
Imágenes adheridas a mis párpados con agonía
o con amor: mi madre alzándome en un banco de plaza,
el primer día de escuela, un picnic junto a un río
de piedras cubiertas de lana.
¿Cómo puedes ser la misma ahora, madre,
la misma hacia quien corrí con brazos abiertos
en una playa del Perú? ¿Eres sólo lo que veo,
o hay algo más en ti que las palabras
que desespero por encontrar? ¿Por qué
esta inagotable mesa plena de culpa entre nosotras?
Y, dime: ¿acaso tus ojos siempre han sido tristes,
o es sólo mi mirada reclamando tu regazo?
Encajo dos piezas y luego una tercera,
pero las otras se reproducen cual células malignas,
desbordan la mesa, copulan en el aire sin vergüenza.
Como ha sido, será.
Estoy atada con recuerdos a esta silla,
sólo cuando todo encuentre su lugar estaré en libertad,
podré salir de esta casa oscura,
volver a ese domingo cuando reíamos juntas
y el miedo aún no alimentaba mi alma.
Si pudiéramos escribir otra vez la historia, madre.
Si pudieras ayudarme a descifrar el barro del que nací.
Pero estás más allá de las manos que tengo para alcanzarte:
centímetro a centímetro te acercas a tu muerte
y yo no hallo un lenguaje que baste para las dos.
perteneciente a "Enemigos afuera"
PODEMOS TRATAR
Lo más que podemos es tratar.
Pronunciar todos los conjuros,
encender de fe el incienso
mezclar en la dosis justa
los ingredientes del mejor trago,
elegir las copas, vigilar las horas
cuidando que no escape
la única propicia.
Más, no podemos:
nada garantiza que el incienso
ascienda en línea recta,
que el perfume de las flores
no llegue rancio al cielo,
que nuestras plegarias no se desvíen
hacia ese único lugar
que cambiará su signo
para golpearnos entre los dientes,
en el centro mismo
de los sueños.
perteneciente al libro próximo a editarse "Corolario"
* * *
Mori:
No me canso de decir que ese ADN es increíble.
Qué bueno. Y los demás, qué buenos.
Qué dientes morita, qué buenos dientes y qué buenos poemas.
wow
increible
Maravilloso "ADN"
Qué bueno para el alma un poema así...
Maravilloso ADN
qué bueno para el alma ...
felicitaciones por adn!
Excelente! Hacía rato que leer poesía en internet no me provocaba una mueca de disgusto, todo lo contrario, leyéndote creo que renace mi esperanza y tal vez me den ganas de volver s sentirme poeta.
Gracias.
Mori:
Desde Puerto Rico reciba mi mas calurosa felicitación por sus columnas, las que aparecen ocasionalmente en La Nación. Que mucho me gustaría poder charlar con usted...!! Siga escribiendo, por favor...
Julio
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