DIEGO A FLEISCHER
mencionado por:
Fernando Callero
Javier Guipponi
menciona a:
Enrique Acuña
Juan Sala
Poemas:
Reliquia
Si no saca llagas cuál es el fuego?
Si no mojan los suelos de tu espíritu
si no quiebra la clase espiritual frente a su imagen
cuál es el delito de dejarlo?
La verdad forzando los párpados
del residuo genital
habiéndote nombrando mil veces sobre el hueco
del amor irrespetuoso.
Las clase que fue social en algún momento
de la edad temprana se ha disuelto
en tu memoria por el dolor de la histérica historieta.
Si no estiran membranas para qué el oxígeno?
Si no agujerea el granizo para qué mi cabeza?
Nuevamente el insomnio del silencio cuando
permaneces tirado sobre la colcha naranja
tarareando tu tema.
Y ahora me demandas poesía y no te me mueres.
Y ahora me calumnias amores y es cierto
que el piano colgó el dinero en mi balanza,
ternura y materialidad a borbotones.
Es indispensable el amor para que la fruta
humana fermente y se haga vino
para que uno brinde a otro
lo que el dinero no protege.
Y la incertidumbre cómplice de espejos
amanecerá ausente a un lado de la sonrisa
casi fría casi maloliente
bajo el brazo religioso de mi sangrante
imaginación abortiva.
Canto
La dosis mínima de amor
en un dineral.
Hongos rojos de ansiedad
y la gratitud del ocio y la soledad
en el clavo infecto de la deidad:
el material.
¡Salud, billete, y amor!
Y no hablen más...
Miren ahora cómo los albinos renacuajos
comen el sapo muerto en un manantial de sal,
y el agua sigue, caliente y olorosa,
en la superficie sudorosa del que no toca
la humildad.
Salud. ¡Preciosa risa, la salud!
Si bien no se puede elegir la salvedad,
indicios vagos vuelcan en nudos de
fría frivolidad, el calor de la conforme
estancia en la propia propiedad.
¡Ay, billete mío!¡Ay, billete tuyo!
Por mí, por ellos, por el alacrán que se nutre
en el cuello de la mezquina seguridad.
Envidia macabra del que no se deja dormir en paz.
Dinero. Cómplice risa, el dinero.
Pero si, mi amor, en la breve brevedad
del silencio informativo de la comunidad,
existe la posible humanidad, entonces sí,
vivir, sentir crecer, la única compleja
realidad.
Amor. ¡Impúdica risa, el amor!
La dosis mínima, tan sólo la dosis mínima
para construir la mejilla de la sinceridad.
Terror
Solo en su reino
el Dragón ruge en la lascivia del invierno.
¡Escorpiones de abominables nieblas
quiebran la unión de tus ojos amarillos!
¡Te quiero lejos, lejos, tan lejos que no respiras!
Tu blanco pecho ya tiene mis despechos,
los colmillos gastados, las uñas comidas.
Quizás en otra vida, vos y yo, podremos amarnos.
¡Te quiero lejos, lejos, tan lejos que no me miras!
Ahora no somos más que lluvia de pesadillas,
fría de vino blanco chorreando en nuestra vejiga,
cálculos cancerígenos de la repetitiva vida,
muerte insólita de la espada masculina,
dolor, de la más inútil fantasía.
¡Te quiero lejos, lejos, tan lejos que no me pidas!
Solo en su reino
el Dragón lame el río de los egoístas,
y sapos en venenosa risa irradian luz
en cada caricia de tu morfina.
¡Te quiero lejos, lejos, tan lejos que tu existencia ya no es mía!
Tus dientes desgarran la vanidosa fotografía,
y tu boca, preciosa y nunca mía, me tortura
en la más vergonzosa eyaculación de ira.
¡Ya no canto por amor, canto odiando el desamor!
¡Te quiero lejos, lejos, tan lejos que no respiras!
¡Literatura nefasta que cargo sobre mis
hombros, sólo para divertirte, ladrón!
¡Te quiero lejos, lejos, tan lejos que no me miras!
Es entonces la verdad de nuestra especie:
humanos despechugados de pasión,
insolentes hedonistas detestables de tantos
Dragones en un solo, y recién nacido, corazón.
¡Te quiero lejos, lejos, tan lejos que no me pidas!
Quizás en otra vida, vos y yo, podremos amarnos.
Pero esta noche te llamo Terror.
Sobre mi poesía:
La miseria humana buscando refugio en el misticismo y el erotismo, la existencia que colapsa trágicamente en una sociedad enchapada por intereses personales que sepultan nuestras emociones esenciales, y la literatura y el amor, como laberinto de esperanzas.
Biblio:
D.A.Fleischer. Santa Fe, 1976. Primer Premio de narrativa de la ASDE en 1999, por el relato EL EXILIO JUNTO A UVE. Autor de las novelas publicadas VISTIENDO A JIMMY DEAN (Centro Internacional de Escritores Noveles, Buenos Aires, 2000), CORFIRIAS (Editorial Catálogos, Buenos Aires, 2001) y LA CODICIA CELESTE (Editorial Catálagos, Buenos Aires, 2005). Y autor de tres libros aún inéditos: la antología poética TRICICLO, el volumen de cuentos BIBLIA, y la nueva novela URMAN. Actualmente trabajando en una cuarta novela.
* * *
como todos los buenos pornofagos veo que tu literatura derivó en moral. qué bueno eso de ¡Ya no canto por amor, canto odiando el desamor!
Diego, vas a terminar reescribiendo la Torá. Un abrazo
nada más cierto que tus sentimientos profundísimos, que se entremezclan como arpegios , ofreciendo una hermosa ,cruel, , pero diáfana melodía de la realidad.
Segui transitando este laberinto oscurantísimo , y ofreciendo a los miserables vivientes tu maestría literaria.
Gracias
Cecilia
de qué laberintos oscurantísimos hablas, cecilia, o es una frase que se te ocurrió y te sonó "literaria"? aquí no hay miserables vivientes esperando servirse de ninguna maestría literaria, menos de manos de Fleischer, que es un interesante escritor de ficciónes (yo leí Corfirias y La codicia celeste y lo pude comprobar, su letra punk hedionda y, misteriosamente, naif a la vez) Pero estos poemas, que están buenos sí... pero tampoco son grandiosos, a ver, parece que, en lugar de opinar, quisieras competir con ellos. O me equivoco?
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