RICARDO ROJAS AYRALA

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bio-biblio:

Yo, Ricardo Rojas Ayrala, soy escritor. Mi obra édita es: Sin conchabo corazón, poesía, Ed. El Caldero, 1993. Fabulosas alimañas de la pampa, narrativa, Ed. El Caldero, 1996. Hazañas y desventuras de Amulius y Numitor, narrativa, Ed. La Bohemia, 1999. Caligramas, poesía, Editorial La Bohemia, 2000. Miniaturas quilmes, narrativa, Ed. La Bohemia, 2001. En el año 2003, por mi poemario “La lengua de Calibán”, fui finalista del concurso internacional Poesía en tierra, organizado por el Centro de Cultura de España, en la Argentina, y la Ed. Fondo de Cultura Económica, de México, que lo publicó en el 2005. Mi libro Obispos en la niebla, de poesía, fue editado, en el 2005, en México, por Ed. Tintanueva y, en Argentina, por Ed. La Bohemia. Quaestiones Politicae, libro de cuentos, está en proceso de edición.-

Pequeña declaración sobre mi poética:

¿Poesía...? Eras tú, mamazaza.
Ya lo dijo, mejor, el que te jedi.
La poesía es revolución... o no es nada.
Nada. Nada.


Poemas:


Cantiga fervorosa

“...porque ninguna cosa puso la naturaleza en Dulcinea que no fuese perfecta
y bien acabada; y así, si tuviera cien lunares como el que dices,
en ella no fueran lunares, sino lunas y estrellas resplandecientes.”
Miguel de Cervantes Saavedra



Entre los que van a enamorarse,
princesa del Toboso,
hay algo terrible.
Como aquello que apenas presienten
los franceses,
al poner un pié en Roncesvalles,
para después pelear hasta morir.

Inmensidad sin calibre,
sin orden de allanamiento,
con otros prontuarios,
sin vómitos,
por ahora.

Definitivo.

Invisible, al ojo uno,
princesa del Toboso,
y al ojo dos.

Por algo será:
el silencio casi siempre
es mortandad.
¿Entendés?

Juntos, ah, Dulcinea,
finjámosnos locos.


(de Argumentos para disuadir a una jauría
y otros asuntos civiles, inédito.)




Horror vacui

Gagarin sabe que la tierra
no es más que una quimera de los hombres,
confinados a este mundo, tan confiados.
Hay algo allá afuera que da pavura,
¿eso será lo que realmente nos mide?
Tan diminutos
los magníficos emprendimientos humanos,
aún los mil seiscientos kilómetros
de la gran muralla china resultan,
en la altura,
un insignificante verme...
Gagarin sabe pero no cuenta,
nada dice,
nada,
apenas sopla su té
que sorbe con estudiada parsimonia.


(de La lengua de Calibán,
Fondo Cultura Económica, 2005)



Un impostor que llegó a ser nombrado obispo

Epitafio de un impostor
que gracias a sus tratos con el maligno
llegó a ser reconocido obispo y casi llega a Papa:


Bajo esta caliza reseca,
marcada con bermejo e índigo,
reposan los restos de un impostor herético.
Fue un siniestro comediante
que tuvo asuntos con súcubos e íncubos,
con hechiceros de la aldea y brujas del bosque cerrado.
Obró de una manera rayana en el cisma, en su iglesia.
El mal se enseñoreó por las casas
y las gentes durante su obispado.
Fue malvado, insensible, apóstata, especulador, gruñón, bébedo,
intolerante, quisquilloso, cleptómano, obcecado, avaro,
pedante, mojigato, pendenciero, descarriado, ulceroso,
maledicente, necio, desalmado, supersticioso, presumido, narizón,
recalcitrante, fantoche, legañoso, piromaníaco, embustero,
colérico, arrastrado, xenófobo, grosero, bilioso, hereje,
ignorante, enajenado, jetón, zaheridor, despreciable, vil,
necio, contumaz, zafio, intrigante, nulo para todo y tonto.
Antes de ser nombrado papa,
uno de sus amanuenses
o alguno de sus inmundos acólitos,
lo evenenó, como al descuido.
En el infierno,
ni Luzbel le dirigirá la palabra.


(de Obispos en la niebla, Ed La Bohemia, Arg.
y Ed. Tintanueva, Mex., 2005)