LILA ZEMBORAIN
lila
mencionada por:
Selva Dipasquale
menciona a:
Arturo Carrera
Mercedes Roffé
Noni benegas
Héctor Viel Temperley
Perla Rotzait
Roxana Páez
Ana Zemborain
bio/biblio:
Lila Zemborain (Buenos Aires) vive en Nueva York desde 1985. Ha publicado con Tsé-Tsé los libros de poesía Rasgado (2006), Malvas orquídeas del mar (2004) y Guardianes del secreto (2002), y con Ediciones Ultimo Reino, Usted (1998) y Abrete sésamo debajo del agua (1993) En el 2002 publicó el ensayo Gabriela Mistral. Una mujer sin rostro (Beatriz Viterbo Editora). Es directora y editora de la serie de poesía Rebel Road y dirige también la serie de poesía KJCC de New York University
Poemas:
como un rasguido, un rasgado del
alma, un celeste rasgarse de la atmósfera con
el ruido ensordecedor que surca los cielos, que rasga
los cielos, cielo celeste rasgado por el clamor, sonido
que rasga el celeste, celeste cielo escolar, celeste
cielo que damos por sentado, celeste cielo
que allí permanece, pero el sonido como una
trincheta rasga el celeste, cae del cielo el emisario
se dirige con su instinto hacia las sombras
amor, amor celeste de los cielos, cielo de mis
entrañas, mi hijo, mi hijo, por qué no ser un solo
llanto, un solo llanto y ser un solo llanto celeste
ensordecedor en el cielo celeste del otoño todo
rasgado, todo rasgado por el ruido ensordecedor del
cielo, cielo celeste rasgado, cielo celeste, azul celeste
lorenzo, lorenzo y el horror tan ajeno de lo
otro, de lo otro que es horror, pero es un hijo que
está allí, tan cerca del impacto, por suerte, tan cerca
del impacto que es alivio y pavor e incertidumbre y
constancia, pero es hijo que está allí vivo, los
árboles en su lugar, la escuela en su lugar, la plaza
en su lugar, lorenzo en su lugar, lorenzo en
su lugar, lorenzo en su lugar, mi hijo lorenzo en su
lugar, mi hijo lorenzo en su lugar, lorenzo en su lugar
lorenzo en su lugar, lorenzo en su lugar, lorenzo
lorenzo, lorenzo, lorenzo, lorenzo lorenzo, lorenzo
lorenzo, lorenzo, lorenzo, mi amor lorenzo
mi hijo lorenzo, lorenzo en su lugar, lorenzo
lorenzo, lorenzo, lorenzo, lorenzo, lorenzo, lorenzo
lorenzo, lorenzo, lorenzo en su lugar, lorenzo en
su lugar, y un deseo y sensación de abrazo, de enorme
amor en la distancia, lorenzo en su lugar, y todo lo que
es mío y es lorenzo, y todo lo que es mío y es lorenzo, es
mi vida y es lorenzo, es mi amor y es lorenzo, rasgado
el cielo, rasgado el celeste del amor, rasgado el cielo
en mil pedazos, rasgado el cielo, lorenzo, rasgado el
cielo, lorenzo, es mi amor, es mi amor, es lorenzo, rasgado
el cielo, es lorenzo, es lorenzo, mi amor es lorenzo,
mi amor es lorenzo, mi amor rasgado el cielo es lorenzo
y no poder dar fin a ese dolor del que se salva, y no
poder dar rienda suelta al dolor del que se
salva, dar rienda suelta al dolor, y es tan otro
el dolor de los otros que es intolerable, y es tan
otro el dolor que no se puede ver ni oir, aunque se
ve y se oye, allí en la permanencia del celeste
martes 11 de septiembre 2001
***
mencionada por:
Selva Dipasquale
menciona a:
Arturo Carrera
Mercedes Roffé
Noni benegas
Héctor Viel Temperley
Perla Rotzait
Roxana Páez
Ana Zemborain
bio/biblio:
Lila Zemborain (Buenos Aires) vive en Nueva York desde 1985. Ha publicado con Tsé-Tsé los libros de poesía Rasgado (2006), Malvas orquídeas del mar (2004) y Guardianes del secreto (2002), y con Ediciones Ultimo Reino, Usted (1998) y Abrete sésamo debajo del agua (1993) En el 2002 publicó el ensayo Gabriela Mistral. Una mujer sin rostro (Beatriz Viterbo Editora). Es directora y editora de la serie de poesía Rebel Road y dirige también la serie de poesía KJCC de New York University
Poemas:
como un rasguido, un rasgado del
alma, un celeste rasgarse de la atmósfera con
el ruido ensordecedor que surca los cielos, que rasga
los cielos, cielo celeste rasgado por el clamor, sonido
que rasga el celeste, celeste cielo escolar, celeste
cielo que damos por sentado, celeste cielo
que allí permanece, pero el sonido como una
trincheta rasga el celeste, cae del cielo el emisario
se dirige con su instinto hacia las sombras
amor, amor celeste de los cielos, cielo de mis
entrañas, mi hijo, mi hijo, por qué no ser un solo
llanto, un solo llanto y ser un solo llanto celeste
ensordecedor en el cielo celeste del otoño todo
rasgado, todo rasgado por el ruido ensordecedor del
cielo, cielo celeste rasgado, cielo celeste, azul celeste
lorenzo, lorenzo y el horror tan ajeno de lo
otro, de lo otro que es horror, pero es un hijo que
está allí, tan cerca del impacto, por suerte, tan cerca
del impacto que es alivio y pavor e incertidumbre y
constancia, pero es hijo que está allí vivo, los
árboles en su lugar, la escuela en su lugar, la plaza
en su lugar, lorenzo en su lugar, lorenzo en
su lugar, lorenzo en su lugar, mi hijo lorenzo en su
lugar, mi hijo lorenzo en su lugar, lorenzo en su lugar
lorenzo en su lugar, lorenzo en su lugar, lorenzo
lorenzo, lorenzo, lorenzo, lorenzo lorenzo, lorenzo
lorenzo, lorenzo, lorenzo, mi amor lorenzo
mi hijo lorenzo, lorenzo en su lugar, lorenzo
lorenzo, lorenzo, lorenzo, lorenzo, lorenzo, lorenzo
lorenzo, lorenzo, lorenzo en su lugar, lorenzo en
su lugar, y un deseo y sensación de abrazo, de enorme
amor en la distancia, lorenzo en su lugar, y todo lo que
es mío y es lorenzo, y todo lo que es mío y es lorenzo, es
mi vida y es lorenzo, es mi amor y es lorenzo, rasgado
el cielo, rasgado el celeste del amor, rasgado el cielo
en mil pedazos, rasgado el cielo, lorenzo, rasgado el
cielo, lorenzo, es mi amor, es mi amor, es lorenzo, rasgado
el cielo, es lorenzo, es lorenzo, mi amor es lorenzo,
mi amor es lorenzo, mi amor rasgado el cielo es lorenzo
y no poder dar fin a ese dolor del que se salva, y no
poder dar rienda suelta al dolor del que se
salva, dar rienda suelta al dolor, y es tan otro
el dolor de los otros que es intolerable, y es tan
otro el dolor que no se puede ver ni oir, aunque se
ve y se oye, allí en la permanencia del celeste
martes 11 de septiembre 2001
***
17 de septiembre 2001
oh cielo azul, cielo celeste de
tenochtitlán, la ciudad blanca ha
sido destruida, lloran los aztecas
la ciudad sitiada, los puentes
destruidos, simples
botes ante un enemigo poderoso
simples naves sobrevuelan la ciudad
en ascuas, avanzan hacia la
mole poderosa que intentan
vulnerar, cada noche un cofre se
abre a la codicia, circuito electrónico
desplegado a las estrellas, alhajero
titilante, no hay ojo que no se
atreva al asombro en la neblina
anaranjada del imperio
***
8 de noviembre 2001
circunvalación del área destruida, empezando el circuito en
greenwich street y chambers, donde paro a mirar el patio
del colegio intacto de mi hijo, perturbada por camiones que
bloquean murray street y las calles que conducen a st.
peter’s, iglesia en la que entro para resguardarme del vacío
vertical que me atenaza, y sigo por cuadras cubiertas de
cenizas y veo borders sepultado entre las bases aún
presentes las vidrieras con sus libros empolvados,
desperdigados los altares, flores secas, muñecos y velitas y
oraciones de jóvenes que hablan de dios en sus cuadernos,
cuando una sensación de recorrido turístico me apabulla
con las clásicas paradas para apreciar mejor el panorama
que ahora se contiene con vallas policiales y agentes
apostados para proteger a los que desentierran en las calles
caños, cables y más de lo que no se puede ver porque la
dimensión de lo oculto es enorme, y se espía desde ciertas
perspectivas, como las bases catedralicias de las torres que
son monumentos religiosos derruidos, mientras el humo se
levanta a cada tanto, o gotas de agua caen de un cielo azul
porque lavan los edificios circundantes para quitar la
evidencia de ceniza de sus geométricos intersticios
elevados sobre una bacanal de vendedores ambulantes con
fotos de las torres, remeras y gorros alusivos, esculturas,
llaveritos y multitudes mirando enajenadas a través de sus
ojos electrónicos, la compulsión por documentar el
intrincado partenón de hierros retorcidos, violenta escultura
nunca imaginada por stella, mientras los oficinistas que
trabajan en la zona se amalgaman con los que miran desde
rector place el gigantesco robot que muestra sus metálicas
entrañas desde una perspectivas de distancia, y hacia el sur
se acerca el río, pero al oeste sigue la debacle en la ciudad
fantasmagórica de pelli, regadas de cristales las calles
vacías por las que un hombre en patines pasea sus perros
con la máscara antitóxica en la cara, el pasto verde ahora
espolvoreado de cenizas y teléfonos gratuitos para hacer la
llamada necesaria porque el winter garden que exhibía las
torres a su espalda trasluce en su reverso el entretejido
quebrado de sus vigas, sucios y empañados los vidrios,
vacío de barcos el pretencioso puerto, sólo admirado ahora
por una acumulación de ositos que se hace enorme pila de
despojos, cientos de ositos marrones de peluche
amontonados con ramos secos, cartas y mensajes, tarjetas
de cumpleaños, retratos de gente que se ha muerto, como la
tripulación de los aviones que sonríe desde un cartel
publicitario, fosa común que repite el colapso de los
cuerpos y los pasajeros todos del espectacular viaje a la
masacre, los gritos o el silencio en esa orgía de horror y
adrenalina, pila inconcebible de ositos de peluche, ingenuos
ojos fijos mirando a la gente azorada como yo que sigue
recorriendo la explanada y el río y las planicies de pasto
atosigado hacia el cine regal 16, 16 pantallas inútilmente
inauguradas frente al parking donde una inmensa carpa
blanca recubre policías, bomberos y operarios que se
asfixian en la zona aledaña a la cancha de fútbol de los
chicos, escenario ahora de maquinarias imposibles y
enormes camiones cargados de escombros que salen para
depositar su carga en las chatas alineadas en los muelles,
seguidos por tanques que riegan desinfectantes en las
calles, porque el aire es irrespirable cuando el viento se
aproxima a los incendios y cualquier sonido nos hace
tropezar entre el estupor y las veredas mientras cruzo el
puente y voy por chambers hasta greenwich, y otra vez en
el colegio la realidad se recrudece en la sirena policial que
bloquea el recorrido
De Rasgado (Buenos Aires: Tsé-Tsé, 2006)
De Rasgado (Buenos Aires: Tsé-Tsé, 2006)
* * *
Querida Lila, qué alegría que ya estés en el blog! Ya sabés que soy una lectora de tu poesía, y que adoro tu sensibilidad y creatividad. Tu último libro es realmente impactante y conmovedor. Te mando un abrazo desde Buenos Aires. Selva
Lila, me impactó mucho su poesía. Es conmovedora y a la vez excelente. un abrazo desde la Patagonia. Iris Giménez
Hola:
Me gustaría poder contactar a la maestra Lila Zemborain. Dejo mi correo electrónico: jalr13@hotmail.com. Pepe.
Me conmovió mucho tu poesía, especialmente el primer poema que aparece acá. Precioso porque al mismo tiempo visceral y suave.
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