SUSANA SZWARC
susana
mencionada por:
Valeria Dubinowski
menciona a:
Liliana Lukin
Susana Romano
Cristina Domenech
Luis Benítez
Edgardo Gugliermetti
Lidia Rocha
Laura Panizo
Ana Caballero
Poemas:
Horas (De “En lo separado”, Ultimo Reino, l988)
Esa niña flaca, decimal con su flor
roja al ladito del borde: mira claramente al que
levanta la pala
un pie va a hundirse –con la pala –en el montón de barro.
Es la hora del entierro y la flor
por arte de magia será libro.
La niña –que no sabe-
lee “sobre el dolor inmensurable
los nietos no nacidos”.
Nos distraemos por el sonido de un saxo
que comienza a trepar –metálico –
hacia atrás y salen más niñitas de los ranchos.
Es la hora del pedido:
ejendú ché, omé é ché un pedacito de pan
-golpean, esos niños, sin padres
-otra vez, piden pan
-¿no les dan?
Ordenemos la historia ¿Evita había muerto?
¿Perón había caído? ¿Su estatua destruída en
la placita Sarmiento? ¿Yo tenía el sarampión?
¿Cantaba Ramona Galarza? ¿Tu perro
aquella noche era un lobizón? ¡Oh!, sí, tal vez tu perro
aquella noche, era. Lame la sal del cuerpo y
las tan estrellas caen, por mí.
El lobizón desvanece de cercanía. Apenas
alcanzamos los breteles. Maldito gallo, que se
calle. Y que nadie sepa nunca.
Otra hora: tu siesta, los mosquiteros hacen
marchas hexagonales sobre mi morena
piel más vieja que el sulki
verás la polvareda y en ella el surco
¿dónde aún me harías caer?
(la longitud del muro hace a la partida
de los perros)
Recordemos: la niñita –la de la flor roja-
detenida como en un recital infinito y el saxo:
único movimiento acompañado por el taburete
donde una madre oye:
-¿quién no ha leído a Nietzche a los 17 años?
dirá él, ágil sus dedos arman cigarrillos
sus ojos alucinan patios y potras.
Dirá, es la hora de jugar: serás Yocasta
y juegan al día más perfecto de la historia.
Guardan azúcares aceites en el jarrón de lo indecible
jueban a encontrar los fierros para disparar: a los gatos
las alarmas al hueco del jarrón y a sacar al muerto
de su torpeza: su obstinación de muerto.
Arrancan flores hasta la niña decimal
jadean:
ningún patio es completo
ni siquiera el de la madre.
Recordemos: el saxo, las horas,
la niña que dice es la hora
y vuelve a leer.
Poemas de Bailen las Estepas (De la Flor, l999)
DECLIVE
Por el ojo de la cerradura vemos
cómo deja la palangana en el suelo: tiene agua. Ahora
no se ve. Hasta que levanta la mano
blanca, la misma con que la prisionera (jovencita
en Siberia) llevaba maderos hacia el barco.
¿Y las niñas? en la escuela
atrás de la vía.
Tiene una gillette y el ojo apoyado en la cerradura mira
su negra axila de abeja-madre. Arrasa. Algo se corre.
En el encuadre, un ojo mira al otro.
Si me estiro veo
la palangana (llena) de estrellas y abedules
también blancos: habría nevado.
(El hermano, sobre la nieve, corre
a la muchachita y ahora los ojos ya no ven.)
Atrás de la vía:
campanas.
Va a salir. Hay que correrse. Abre la puerta y desparrama
el agua (turbia) al gallinero. Nubes la alejan, hacen pasillos
hasta que tiende más ropa en puntas de pie. Los brazos en alto. Abrocha.
¿Cómo hallar ahí dónde posarse?
Del libro: “Bárbara dice:” (Alción, 2005)
QUISIERA ENTERARME
Quisiera enterarme de que nada
tiene forma, decías. Y acepté,
hasta el fondo de la copa del árbol,
de la copa del río.
Ninguna de las otras (creía)
se ahogaba como yo. (Me hundí.)
No hay placer, dijiste
mientras vaciabas al padre
en la botella y mi cuerpo te servía.
¿Te habías ido? ¿Y las otras?
Tuve vértigos
como si alguno más
se cayera del mundo.
Dormida, en la noche de fiesta,
alcancé a oir: ¿qué hay después?
Al despertar
había panes
en mi cama.
Poética:
Tomando a Walter Benjamin y como me escribe Renato Sandoval, espero esa chispa que produzca una mezcla entre lo racional y lo animal. (No la espera pasiva sino activa)
Trabajo muscular el del poeta, que escucha el “dictado”, ¿dictatorial? , del lenguaje para llevarlo al papel ( a la pantalla) y trabajar esa materia “bruta” hasta alcanzar otra dimensión (imposible pero a la vez posible).
Bio/biblio:
SUSANA SZWARC nació en Quitilipi, Chaco. Publicó El artista del sueño y otros cuentos (Tres tiempos, 1981); En lo separado (poesía, Ultimo Reino, 1988); Trenzas (novela, Legasa, 1991); Bailen las estepas (poesía, De la Flor, 1999); Bárbara dice (poesía, Alción Editora, 2004).El azar cruje (Catálogos, 2006). Ha escrito también teatro y literatura infantil. Recibió, entre otros, el Premio UNESCO, el Premio Antorchas a la creación artística y el Premio Concurso Intrnacional de Cuentos Julio Cortázar. Algunos de sus textos han sido traducidos al alemán, inglés, chino mandarín y catalán. Coordina talleres literarios.
mencionada por:
Valeria Dubinowski
menciona a:
Liliana Lukin
Susana Romano
Cristina Domenech
Luis Benítez
Edgardo Gugliermetti
Lidia Rocha
Laura Panizo
Ana Caballero
Poemas:
Horas (De “En lo separado”, Ultimo Reino, l988)
Esa niña flaca, decimal con su flor
roja al ladito del borde: mira claramente al que
levanta la pala
un pie va a hundirse –con la pala –en el montón de barro.
Es la hora del entierro y la flor
por arte de magia será libro.
La niña –que no sabe-
lee “sobre el dolor inmensurable
los nietos no nacidos”.
Nos distraemos por el sonido de un saxo
que comienza a trepar –metálico –
hacia atrás y salen más niñitas de los ranchos.
Es la hora del pedido:
ejendú ché, omé é ché un pedacito de pan
-golpean, esos niños, sin padres
-otra vez, piden pan
-¿no les dan?
Ordenemos la historia ¿Evita había muerto?
¿Perón había caído? ¿Su estatua destruída en
la placita Sarmiento? ¿Yo tenía el sarampión?
¿Cantaba Ramona Galarza? ¿Tu perro
aquella noche era un lobizón? ¡Oh!, sí, tal vez tu perro
aquella noche, era. Lame la sal del cuerpo y
las tan estrellas caen, por mí.
El lobizón desvanece de cercanía. Apenas
alcanzamos los breteles. Maldito gallo, que se
calle. Y que nadie sepa nunca.
Otra hora: tu siesta, los mosquiteros hacen
marchas hexagonales sobre mi morena
piel más vieja que el sulki
verás la polvareda y en ella el surco
¿dónde aún me harías caer?
(la longitud del muro hace a la partida
de los perros)
Recordemos: la niñita –la de la flor roja-
detenida como en un recital infinito y el saxo:
único movimiento acompañado por el taburete
donde una madre oye:
-¿quién no ha leído a Nietzche a los 17 años?
dirá él, ágil sus dedos arman cigarrillos
sus ojos alucinan patios y potras.
Dirá, es la hora de jugar: serás Yocasta
y juegan al día más perfecto de la historia.
Guardan azúcares aceites en el jarrón de lo indecible
jueban a encontrar los fierros para disparar: a los gatos
las alarmas al hueco del jarrón y a sacar al muerto
de su torpeza: su obstinación de muerto.
Arrancan flores hasta la niña decimal
jadean:
ningún patio es completo
ni siquiera el de la madre.
Recordemos: el saxo, las horas,
la niña que dice es la hora
y vuelve a leer.
Poemas de Bailen las Estepas (De la Flor, l999)
DECLIVE
Por el ojo de la cerradura vemos
cómo deja la palangana en el suelo: tiene agua. Ahora
no se ve. Hasta que levanta la mano
blanca, la misma con que la prisionera (jovencita
en Siberia) llevaba maderos hacia el barco.
¿Y las niñas? en la escuela
atrás de la vía.
Tiene una gillette y el ojo apoyado en la cerradura mira
su negra axila de abeja-madre. Arrasa. Algo se corre.
En el encuadre, un ojo mira al otro.
Si me estiro veo
la palangana (llena) de estrellas y abedules
también blancos: habría nevado.
(El hermano, sobre la nieve, corre
a la muchachita y ahora los ojos ya no ven.)
Atrás de la vía:
campanas.
Va a salir. Hay que correrse. Abre la puerta y desparrama
el agua (turbia) al gallinero. Nubes la alejan, hacen pasillos
hasta que tiende más ropa en puntas de pie. Los brazos en alto. Abrocha.
¿Cómo hallar ahí dónde posarse?
Del libro: “Bárbara dice:” (Alción, 2005)
QUISIERA ENTERARME
Quisiera enterarme de que nada
tiene forma, decías. Y acepté,
hasta el fondo de la copa del árbol,
de la copa del río.
Ninguna de las otras (creía)
se ahogaba como yo. (Me hundí.)
No hay placer, dijiste
mientras vaciabas al padre
en la botella y mi cuerpo te servía.
¿Te habías ido? ¿Y las otras?
Tuve vértigos
como si alguno más
se cayera del mundo.
Dormida, en la noche de fiesta,
alcancé a oir: ¿qué hay después?
Al despertar
había panes
en mi cama.
Poética:
Tomando a Walter Benjamin y como me escribe Renato Sandoval, espero esa chispa que produzca una mezcla entre lo racional y lo animal. (No la espera pasiva sino activa)
Trabajo muscular el del poeta, que escucha el “dictado”, ¿dictatorial? , del lenguaje para llevarlo al papel ( a la pantalla) y trabajar esa materia “bruta” hasta alcanzar otra dimensión (imposible pero a la vez posible).
Bio/biblio:
SUSANA SZWARC nació en Quitilipi, Chaco. Publicó El artista del sueño y otros cuentos (Tres tiempos, 1981); En lo separado (poesía, Ultimo Reino, 1988); Trenzas (novela, Legasa, 1991); Bailen las estepas (poesía, De la Flor, 1999); Bárbara dice (poesía, Alción Editora, 2004).El azar cruje (Catálogos, 2006). Ha escrito también teatro y literatura infantil. Recibió, entre otros, el Premio UNESCO, el Premio Antorchas a la creación artística y el Premio Concurso Intrnacional de Cuentos Julio Cortázar. Algunos de sus textos han sido traducidos al alemán, inglés, chino mandarín y catalán. Coordina talleres literarios.
* * *
bienvenida, susana!!!! qué bellos poemas; algunos los conocía, pero ha sido marvilloso volverlos a leer ... un beso, vale
Susana tenés una voy muy original y producís textos de una gran riqueza, que invitan a nuevas y nuevas lecturas. Eso me pasa con tus libros.
Celebro que estés en el blog, y que quienes no lo han hecho puedan leerte.
Un saludo muy afectuoso
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