GUSTAVO GOTTFRIED
gustavo
mencionado por:
Nicolás Dominguez Bedini
menciona a:
Nicolás Dominguez Bedini
Mariana Suozzo
Hilda Fernandez
Walter Cassara
Osvaldo Bossi
Paula Gimenez
Irene Gruss
Silvio Mattoni
Pequeña biografía:
Nací en Buenos Aires el 28 de enero de 1969. Escribo desde la temprana adolescencia y hace cinco años que participo del taller de escritura de Osvaldo Bossi y Walter Cassara.
Poemas:
Los poemas que siguen son parte de un librito que pienso publicar el año que viene: “Un rastrojero bajo el sol”
ars poética
se dibuja en movimiento
y busca lo puntual
como una aguja ciega
es ella en verdad
la que borda su trayecto
en el paño liso
litoral
los árboles se acercan
al río en la crecida
¿quisiera que esto sea más fácil?
la alegría del agua me conmueve
una sombra
en el viento cálido de la playa
la arena tiembla bajo nuestros pies
llevamos
la peor parte en la carrera
quizá...un día
no recordemos lo que nos detuvo
pedernal
a León y Fermina Gottfried
un niño es librado a la extensión
por los dioses que
en un silencio colonial
escriben la historia
con un rastrojero
bajo el sol del mediodía
la noche se adelanta
hace frío y
felicidad
........por qué
el propio calor
abriga
la historia del cine
fue dueño de todo
menos...de Rosebud
quizá
la única forma de decir algo
sea una cinta
en blanco...... y negro
las hijas de Lot
las hijas de Lot se equivocaron
dijeron ya no quedan hombres
y durmieron con su padre
era lo que siempre habían querido
la destrucción de Sodoma
fue la excusa perfecta
el sacrificio de Isaac
caminaron en silencio
y el camino fue largo
habían perdido la gracia
el sentido del humor divino
y aunque el carnero enredado
y aunque el ángel solícito
nada ya fue como antes
no conocimos el mar
como peces que se topan
con los vidrios de un estanque
soñamos
creímos sentir
un regusto salobre
en nuestra lengua herida
por los anzuelos
las noches no son claras aquí
algo se esconde de la mirada
y uno se acomoda
a un espacio poco definido
como si se fundiese
en el fuego oscuro del silencio
la noche es descanso
y en un movimiento hacia sí mismo
el cuerpo también se desanima
se quita la ropa se sumerge
en el agua tibia del sueño
que va a depositarlo en otra playa
una piedra
el agua percibe su presencia muda
y ella se deja abrigar
por esa manta y sueña
con otros ríos, a veces
con el mar, pero está sola
en la pampa que esmerila
las patas de los caballos
quizá, un día, alguno cruce el rìo
o se arrime para beber
y hunda la piedra
bajo su peso firme
mientras tanto, el agua
se pliega en círculos alrededor
mencionado por:
Nicolás Dominguez Bedini
menciona a:
Nicolás Dominguez Bedini
Mariana Suozzo
Hilda Fernandez
Walter Cassara
Osvaldo Bossi
Paula Gimenez
Irene Gruss
Silvio Mattoni
Pequeña biografía:
Nací en Buenos Aires el 28 de enero de 1969. Escribo desde la temprana adolescencia y hace cinco años que participo del taller de escritura de Osvaldo Bossi y Walter Cassara.
Poemas:
Los poemas que siguen son parte de un librito que pienso publicar el año que viene: “Un rastrojero bajo el sol”
ars poética
se dibuja en movimiento
y busca lo puntual
como una aguja ciega
es ella en verdad
la que borda su trayecto
en el paño liso
litoral
los árboles se acercan
al río en la crecida
¿quisiera que esto sea más fácil?
la alegría del agua me conmueve
una sombra
en el viento cálido de la playa
la arena tiembla bajo nuestros pies
llevamos
la peor parte en la carrera
quizá...un día
no recordemos lo que nos detuvo
pedernal
a León y Fermina Gottfried
un niño es librado a la extensión
por los dioses que
en un silencio colonial
escriben la historia
con un rastrojero
bajo el sol del mediodía
la noche se adelanta
hace frío y
felicidad
........por qué
el propio calor
abriga
la historia del cine
fue dueño de todo
menos...de Rosebud
quizá
la única forma de decir algo
sea una cinta
en blanco...... y negro
las hijas de Lot
las hijas de Lot se equivocaron
dijeron ya no quedan hombres
y durmieron con su padre
era lo que siempre habían querido
la destrucción de Sodoma
fue la excusa perfecta
el sacrificio de Isaac
caminaron en silencio
y el camino fue largo
habían perdido la gracia
el sentido del humor divino
y aunque el carnero enredado
y aunque el ángel solícito
nada ya fue como antes
no conocimos el mar
como peces que se topan
con los vidrios de un estanque
soñamos
creímos sentir
un regusto salobre
en nuestra lengua herida
por los anzuelos
las noches no son claras aquí
algo se esconde de la mirada
y uno se acomoda
a un espacio poco definido
como si se fundiese
en el fuego oscuro del silencio
la noche es descanso
y en un movimiento hacia sí mismo
el cuerpo también se desanima
se quita la ropa se sumerge
en el agua tibia del sueño
que va a depositarlo en otra playa
una piedra
el agua percibe su presencia muda
y ella se deja abrigar
por esa manta y sueña
con otros ríos, a veces
con el mar, pero está sola
en la pampa que esmerila
las patas de los caballos
quizá, un día, alguno cruce el rìo
o se arrime para beber
y hunda la piedra
bajo su peso firme
mientras tanto, el agua
se pliega en círculos alrededor
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