MARÍA ROSA MÓ
mencionada por:
Emmanuel Taub
menciona a:
María del Carmen Colombo
Alberto Szpunberg
Leopoldo “Teuco” Castilla
Jorge Boccanera
Mónica Tracey
bio/biblio:
María Rosa Mó nació el 9 de Julio de 1960 en Buenos Aires, Argentina. En poesía ha publicado Tristes historias resucitadas, la plaqueta Blusera del alma, Ardores en puntillas, El guerrero, Alba y Eso que fluye, arte erótico con dibujos de Nora Patrich
Participó en 1997 de la antología Entre la utopía y el compromiso de editorial Catálogos.
Para chicos ha publicado La regadera del sol, La escalera de Pascual y Los pájaros de Joaquín. Julieta en sueños en Kalandraka, España, fue musicalizado por la Sinfónica de Galicia y presentado en el Palacio de la Opera de La Coruña. Las manos en la masa en 2004. Cuentos y poemas en diversas ediciones.
Es directora de Ediciones del Cronopio Azul, editorial que en el rubro infantil fue avalada por importantes premios nacionales e internacionales, como el Premio Octogonal de Francia, la Mostra Internazionale d’Ilustrazione per l’Infanzia de Sàrmede, Italia, Premio Alija (Asociación del Libro Infantil y Juvenil Argentina).
Junto a la artista plástica Nora Patrich también ha editado el libro Sexo, Feng Shui y Horóscopo chino, de Postales Eróticas.
Coordina desde 2004 el Ciclo de Poesía en el Tuñón, y ha coordinado el ciclo Poesía y Música en la Biblioteca, en la Biblioteca Nacional en el 2006.
Pertenece a Alija y es socia fundadora de la SEA, Sociedad de Escritoras y Escritores de la Argentina.
Poemas:
De “Alba”
La ventanilla nubla su aliento. Sopla y la
nube se agranda. Hace dibujos con el
dedo. Círculos concéntricos que se
repiten hasta un punto. El punto es el ojo
que mira.
/Arrastro mujeres en mi río. Vuelven, se
repiten. Puedo cruzar la distancia. No
detener el tránsito de agujas. El bordado
está escrito en la piel./
/Las madres cosen hijas. Punto por punto.
Hay que desenredar los hilos si hay
maraña. Mis ojos celestes como marcas.
Señuelos en la tierra oscura./
Hilo tras hilo recubren. Tapan. Bordadas
algunas pespunteadas otras todas arman
la trama.
El vestido se pliega y despliega. Lo
blanco envuelve. Es tan pequeño el ojal
donde atraviesan sus humores. Religión
de una métrica implacable tras el hilván
para cerrar la hilera de ojales. Ojitos que
la miran llorar de tanto en tanto.
Piecito de metal recorre engarza el
pespunte. Arriba, abajo. Pie de niña se
detiene y duda. Renquea en su universo
de raso. Como una bailarina talón y
punta. Forma ciudades. El mundo se
despliega. Blanco. Es de plata y brilla en
la noche. Hacia atrás, descose el día. Por
el mismo camino. Punta y talón. El
recorrido se repite. Siempre en el mismo
sitio.
Oscilan los ojos tic tac. Las manos
tensan. La tela corre bajo el hilo, aguja
aprieta, cabalgadura que no cesa el galope
quiere escapar la tela siente que puede ir
más allá. La mujer sostiene ojos que
oscilan tic tac. La lámpara fija. Hay que
forzar la vista y el destino. Ella tensa. Lo
suficiente.
Una vez vio a su madre llorar. En la
cocina se cuecen habas. El padre dice
basta voy murió mi madre, no podés venir
dejar las hijas el campo lo que queda.
Tengo que ir y duele el alma. Ella llora.
El delantal en los ojos. La niña, tiesa,
detrás de la puerta.
/Murió la abuela y en el pecho un dolor
escarba. No es por ella. Mi padre ha
llorado. Nunca llora mi padre. La muerte
pasó cerca. Atravesó los ojos de mi
madre. Una mujer de la familia ha
muerto. He dejado de ser inmortal./
/La escarcha es un río. Puedo cruzar, me
hielo. Los pies tiñen el cansancio del
andar. El ojo del vecino atenta. Salgo con
el pan bajo el brazo a juntar escarcha,
gotas para el vestido de una novia. El
vestido respira amanecer./
* * *
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