Karina Macció
Menciona a:
Karina Macció
Camila Flynn
Paula Oyarzabal Ferrer
Paola Ferrari
Bio/biblio:
Es responsable del área de Acción Cultural de la Escuela Superior de Creativos Publicitarios, realizando workshops y exposiciones de capacitación cultural.
Coordinó y participó en ciclos de poesía y música, además de organizar clases abiertas y talleres gratuitos de lectura de cuentos. Realizó distintas performances en Teatro Arlequines, Emergencias Artísticas, Cabaret Voltaire, Midland, Maldito Salvador, Jackos Club y No Avestruz, entre otros. Integró el grupo La pérdida o La perdida, junto a Karina Macció y Paola Ferrari, con quienes realizó lecturas en escena en Espacio Plasma, Bestial, Belleza y Felicidad y Radio La Tribu. Ahora participa del armado del video poema homónimo junto a Julieta Sverdlick y Mariana Yomal.
Desde el 2003 es encargada del Área de Prensa y Comunicación del Festival de Cine y Video de San Telmo y del Grupo Proyectate, organizando y difundiendo también eventos y muestras de cine.
Escribió las series Acaracolemia, Espantapolos, Infecfloria y Pobre Marilyn cuyos poemas fueron publicados por revistas y antologías independientes, numerosos sitios web y leídos repetidas veces en ciclos literarios de la ciudad de Buenos Aires. Su primer libro, La cajita de Pandora, saldrá en el 2007 bajo el sello editorial Viajera. Actualmente trabaja en su nuevo libro y en su proyecto musical “poesía remixada”, realizando recitados y puestas en escena en distintos ciclos poéticos.
Contacto:
www.virginiajanza.blogspot.com
www.purevolume.com/virginiajanza
Poemas:
Extrañar los principales sonidos
de las cuerdas pastoriles
las misivas que asimilaban el laúd
serenatas escondidas a media tarde
con las persianas bajas
ser/no ser
la planta que transforma
sexo por
inseminación
reposar
en la maceta de al lado
sintiendo pies como baúles
amputando raíces descoloridas
sin un lugar
dónde apoyar las hojitas
relajar y sentirse
dueña
del aire que ingresa
atropella
(cerca caminan bocas estallantes de vida nueva, en silencio muestran su tierra abonada por manos expertas, tan perfumada que dan ganas de acostarse dentro de su maceta, y no salir por un rato)
s e n e c e s i t a:
brote lleno
un amuleto para
proteger
Florcitas que gotean de los árboles
aliviadas
despegando y cayendo
entregadas al aire fuerte
abrir los ojos y sólo ver
caracoles
inmóvil
presenciar la muerte de cada pétalo
con los brazos cansados
del duelo sin fin
apretando
los conductos vitales
y el deseo eterno
de no haberlo sabido.
Necesito suspenderme
(fojas cero)
volver a ser
hoja en blanco
desplegar mi nombre
virginal
resucitar cada sueño
releer Mujercitas
y cantar en la ducha
y hamacarme en la plaza
y ver un bambi en cada perro-rata
sintiendo
que todavía me espera
al final
-siempre lo supe-
nuestra casita blanca.
Necesito desear:
transformar la palabra
en ese mismo instante
actuar en el habla
que cada día inventemos un juego
y corramos
alargando bien las piernas
(siempre leyendo)
bailemos
(siempre contando)
callemos
que tengamos ganas de entender
tolerar diferencias
la primera escuela yin-yang:
que cada mitad se encuentre
que cada opuesto se una
aprenda a equilibrar
los rayos existen en el arco iris:
y se juntan
y se funden
uno a uno se va
desaparece y entrega
su don
para ser luz blanca
tesoro inhallable
forma parte
desvanece creciendo
vestida de blanco:
comunión.
**
Si quisiera describir, relatar exactamente la desaparición, el lento evadirse de todo lo bueno que guardaba dentro mío, la suave caricia que me hizo cavar ese hueco (como plumas que dejan de pertenecer a un pájaro viejo, a un almohadón muy sentado). Sin ceremonias, ni rituales que inmunicen la deserción inmediata de un pedazo de tu ser. Sin atenuantes, sin fe, sin un poquito de esperanza: sólo la falta, el corte abrupto, la castración con la que venimos al mundo y que, en algún momento, empezábamos a superar. Crecer con el piso roto, las ventanas rotas, el techo cayéndose a tus pies. Construyendo de la nada, con la nada, con lo negro, con lo oscuro, con lo malo que también había en vos: Yin-yang inventado a la fuerza. Todo valía, todo sumaba un piso más, abría una ventana que destruida, que no- ventana, no-abertura, no-cristal dónde mirar, dónde asomar los ojos, igual ventilaba, aireaba un poco, bastaba para respirar. Y respirabas, como salía: hosca y torpe, reprimiendo las fosas, ahogando arbolitos, rezando necrosarios por cada pulmón. Tan personal que daba vergüenza contar verdugos, aún cuando amabas sus bocas, su eterna repetición de avemarías que, poco a poco, empezabas a entender. Todo valía, esgrimiendo tu inocente creencia proletaria, antiquísima, imitando los nuevos gestos de tus manos, que no-creando, no-cavando, no-sintiendo la tierra bajo las uñas, aun así prosperaban, buscaban otras manos que cadena, sortilegio, nacía dentro de un tomar, un creer en cada dedo enredado, encantado. Y encantabas: sin querer, escondiendo y guardando lo bueno para cuando lo otro cansara. Administrando partes de tu ser, diluyendo otras, suspendiste, negaste (¡verduga!) tu propio espacio restringido: acabado de pie.
**
Sucede que
de tanto en tanto
quisiera dormir con la luz prendida
evitar las sombras
abrazarme a un osito
y rezar
rezar
rezar
por todo eso que perdimos
encontrar un consuelo
la constante repetición aprendida
que cada palabra resuene
crezca
alcance
para recordar
tu voz en mi oído
en mi cabeza
un lugar que no siempre
encuentro.
Escapo
caigo
tan adentro
mi cuerpo es un pozo sin fin
que vos misma creabas sola
así
a tu manera
libre
albedrío inmenso para recorrer
como si la vida fuera de campo
como si el instinto pudiera
salvarnos
cómo
fue
que no.
El camino se abre
ahora
se esconde
ahora
se oculta su razón
y yo me pierdo
no soporto no entender
no creer
no querer
seguir padeciendo cada paso
la rutina incansable de todo
de todos:
siempre igual.
Y sucede que
de tanto en tanto
quisiera salirme del camino
borrar lo que sigue
desaparecer de escena
extinguirme por dentro
no haber estado nunca
nunca
bajo luces brillantes
opacarme
aprendiendo a respirar humus
lo más profundo de la tierra:
negro
cavar entre huesos:
frescos
Kill Bill pretende salir del cajón.
Porque yo creí estar preparada
algo grande
importante
esperaba por mí:
una selva
probaría
un río
un enorme volcán
lo que fuera:
el hambre
la mugre
el frío
todo eso
y más
soportaría.
Pero no así
no esto
no saber
no creer
tan adentro
tan intenso
así así así
(lo deseaba)
parte oscura
el Sade que hay en mí
y lo otro
y la otra
y todo lo demás
se equilibraría
creciendo sana
mi parte más pura
la Teresa que hay en mí
prolifera
trébol de cuatro hojas
la suerte y la muerte
cerca:
Genoveva de Bravante
(una historia
sólo para mi abuela).
me gusta mucho lo que escribís :)
gracias!! me gustaría ver algo tuyo, si querés dejá un link o dejá un comentario en mi blog.
un osito... como la nena que busca un abrazo. lindo.
beso!
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