Sebastián Bianchi

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Manuel Alemian
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Manuel Alemian
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Bio/biblio:
Buenos Aires, 1966. Publiqué recientemente “Manual Arandela” y “Poemas Inc.” Estos y otros pueden verse en www.poemas-inc.blogspot.com

Poética

............Hoy me tropecé con tus ojos violetas y solos.
Me besabas con la lengua en mi hocico de ramera.
Venas calladas, no fuimos invitados a la fiesta de la
perfección, del antidolor y los palacios.

...........Los poetas oficiales hacen cruces.
Y los fantasmas llevan babuchas a la moda.
Esa que chatea con la noche cuenta de sus pródigas
migajas a las hazañas.

..........Por eso, ahora que las esquirlas del verano se
desparramaron por el éter y las alas se transforman,
vendrás a buscarnos en el barro, a nosotros
que cantamos los lamentos de los césares idiotas.



Poemas:



1° Oda matrimonial

Ensimismado, junto al mausoleo
de los esposos, en el rancio
almacén -en el corazón
poetizado al mango- un Hölderlin
de Avena yéndose con el viento
de las amapolas.

Petrificados, mármoles de
granaderos, voces que escriben
las lápidas.

El camino de los vates solteros, quemados
en la fiebre de su solo cuerpo
que se deforma… ¡Y van

a parar, cada tanto, en la temporada
en que la más lampiña mejilla
renace, del púrpura al violeta, alegres
tras el tornasolado monóculo!





Visiones del libro cristiano

¿Oléis el olor que sale del trasero de la gente de bien?
¿Olfateáis la rosa comparándola con las pinceladas del impresionismo,
sabés de sus períodos importantes: la fase de nacimiento
del movimiento, su faz madura y la de declive, ocaso y supervivencia
en forma de libros?

¿Los hojeáis los comprendés los corrompés a fuerza de buscarte un traje
que calce a tu locura?

¿Oléis el olor que sale del trasero de la gente de bien?
¿Avanzás por las hojas sumergidas en el estiércol sabiendo que cuando llegues a casa será lo mismo?
¿Qué abrirás la ventana de herrajes coloniales pintados de verde
y oirás rechinar los goznes de los millones de esclavos que se apilonan
en tu diploma de doctor en ciencias difusas?




Nueva canción

Doblan los sables curvos
sacando chispas por los agujeros
de dos bonetes

Y suben al hipocampo
por una reja 40 reyes
hipnotizados

Salen a la mañana
unos fleteros críticos
del sistema

Y gritan hijos de puta
a una viejita que mea
en la florería

Todas las religiones
te cuidan que no te
ensucies los genitales

Y afuera llueve milonga

Afuera llueven jeta de chanchos
que tienen llagas
que supuran adrenalina



Nocturno

En una letrina apenas entrábamos midiendo
los versos y los borradores en metros mayores.

Salíamos del subte a horas extraviadas
exponiéndonos a los cuervos con sus sirenas aullantes.



Yo no planteo una fórmula

Yo no planteo una fórmula, yo sólo digo lo que siento
aquellas cosas simples que me hacen feliz. Soy en esto parecido
al doctor Frankenstein, que buscando la vida en las cosas muertas
encontró que la muerte se iba comiendo a sus seres queridos
y que todo lo que había aborrecido -que la vida se acababa con
la muerte- él habíalo creado de la nada.
Y notaba que su consuelo era que se había equivocado
como un tonto.

Y él repetíase constantemente a sí mismo:
Sólo digo lo primero que se me viene a la cabeza.




Valsecito “El cuchitril”

Te besó y fuiste
Piel de un gil melancólico

Y nada de eso sirvió para nada

Fuiste y dibujaste

Oh boca que besas
tele por dentro

Que besas a los avisos de detergente muy lejos

Los novedosos “Quita esas pajas”

Teve(n)amoran




Canto a las viudas del vapor “25 de Mayo”

I.

Cabezas rapadas que van cantando en el futuro, yo los visito con mi máquina del
tiempo que inventé hace antaño en días de soledad y tristeza.

Traigo mi música para todos los muertos, en cada sílaba resuena
el murmullo de una familia. Sus voces quedaron en mí, las amé en los
trenes, las acumulé en los bares, las hice muchas una mañana entre las
enredaderas cubiertas de rocío.

Vi abrirse la boca del hipopótamo y tragarse la nube de mi vida entera,
en una bocanada fui un mosquito para él y mi carne le sabió apetitosa.

Fui un gran bocado par él, por eso soy un fantasma que ha llegado
de los tiempos remotos con la buena nueva a los hermanos del futuro…

…este clavel pulimentado, estas escolleras que cuelgan evadidas
en la propaganda, con los Wincos de los militares captando telepáticamente vibraciones
de actividad subversiva, tarareando a los estribillos y los romances.

II

PLOMERÍA Y ARREGLOS EN GENERAL. COSTURAS DE TODO TAMAÑO.
Sección IV -Batallón “Uribe y Pampa”. BUENOS AIRES,
La Cautiva. Mensajerías “Anibal”, las únicas que llegan a tiempo.
Señorita soltera se ofrece (Preámbulo para una Obra Social) – Batallón “Pequeños
dominicos”, batallón “Alkaselzer”, compañía de “Televisores apagados argentinos”.

La lluvia a baldazos se aleja a través de nosotros.
En las grietas, en el aire negro, abejorros desquiciados por la carroña.
Susurros pasan por entre las cuencas vacías, como aplanados galpones, los festivales en los rosedales de la música disco. MODA & VARIEDAD, Estreno Inminente. Vestite en
“Casa Mamerto” y disfrutá con sus permanentes rebajas. Te vas a sorprender…

III

Bueno, heme aquí en el cielo. He pecado a lo largo de la vida
para llegar a este tonto pasillo de buenas calaveras.

Ese que veo allí fue peón de albañil,
allí una sirena, una diosa china afrodisíaca, un canciller espía,
una turca de senos del tamaño de una serpiente con sostén de cremallera.

Me parece que mis padres y los padres de mis padres se han llegado como
yo a este infierno -a este cielo de clase media en el que me
lavaban con jabón de tocador Araxá-.

Algunos amigos quieren arreglar la tumba del amigo, otros dicen que no es
necesario, algunos piensan en cemento y piedras cálidas, otros en tierra
como está, otros en laja, en la piedad melodramática del mármol imitación violeta.

IV

He llegado al abismo y siento vértigo

Sonsonetes y cerrojos, y también ustedes, resoplidos:
He llegado al abismo y siento vértigo, fea es la belleza
de la madrugada candente.

Pero vamos corriendo nosotros, a la tontería y al sinsentido,
con las mochilas cargadas.

Haberte empeñado mi tarde soñada a tu estación predispuesta…

Camaradas, búsquenme en la infancia, en el arrebatado estercolero.





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