VALERIA TENTONI
foto de Leticia Aiello
Mencionada por:
Horacio Fiebelkorn
Menciona a:
Soledad Castresana
Horacio Fiebelkorn
Irene Gruss
Marian Lutzky
Mario Ortiz
Liliana Díaz Mindurry
Griselda García
Natalia Molina
Bahía Blanca, 1985. Está cursando las últimas materias en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Es investigadora y ayudante de cátedra en esa casa.
Se formó en el taller de Alberto Laiseca. Dirigió la revista La Quetrófila.
Colabora en publicaciones culturales de Argentina y Chile, con reseñas, cuentos, poesías y entrevistas.
Actualmente, co-dirige la revista El Monstruo de la Ría.
En 2009 se publicó Batalla sonora (poesía), por Manual Ediciones de Rancagua, Chile. Este año se publicará la plaqueta La martingala, por el colectivo editorial Semilla. Se proyecta la salida de Ne bis in idem, por Hemisferio Derecho ediciones.
Arte poética
Como escribir con limón sobre una hoja, para que el fuego después.
Tres poemas
Tuerta (de La martingala)
A la memoria de mi abuela Carmen.
Y para dónde voy con la carga tuerta,
con el saco de arpillera y
su lastre como savia
de leche materna
-un caracol que se empecina entre las plantas-.
La abuela arranca
el tallo
aprieta fuerte lo primero que sale de la tierra
y estira
el mundo hacia arriba
le saca el yuyo, lo feo, lo sobrante,
y es fuerte la abuela
es un poco
toro
así, arrancando el yuyo y deja el cantero
tan hermosamente verde
tan absurdo de verde, el cantero
lo deja
como se dejan sobre la mesa del comedor
las cartas ajenas.
*
Tambo (de La martingala)
Que cuando era chica
mi mamá me llevaba al campo
me ponía
botas de plástico Pampero
para que los yuyos no me raspen
-ahora supongo que apenas lastimarían mis tobillos
pero entonces
podían arrancarme un ojo-
y sobretodo
porque estaba lleno de bosta,
-como brillantina de caracol
las vacas también ceden su lastre
a la tierra-
y porque la cuestión no era esquivar
la mierda.
La cuestión
era pisar la mierda sin mancharse la ropa.
Tambo (de La martingala)
Que cuando era chica
mi mamá me llevaba al campo
me ponía
botas de plástico Pampero
para que los yuyos no me raspen
-ahora supongo que apenas lastimarían mis tobillos
pero entonces
podían arrancarme un ojo-
y sobretodo
porque estaba lleno de bosta,
-como brillantina de caracol
las vacas también ceden su lastre
a la tierra-
y porque la cuestión no era esquivar
la mierda.
La cuestión
era pisar la mierda sin mancharse la ropa.
*
Números Romanos (de Batalla sonora)
De habernos acordado antes
deberíamos haber pedido
ser jabalíes.
Aspas
de un molino de provincia.
Tétanos, tuberculosis,
fiebre.
Todos los alientos del incendio.
Un milagro, querida,
que no hayamos muerto en batalla.
Los heridos se cuentan
con números romanos.
* * *
estimada valeria me ha gustado mucho leerte, habrá posibilidades de una nota por tel, tengo un program aradial en santa rosa la pampa, tierra del penka, morisoli, orozco y otros genios más, lapiaras@hotmail.com
Si, claro. Te escribo.
Aprovecho a agradecer a Alejandro y a Horacio el espacio!
Felicidades Valeria! muy buenos textos
Ernesto
Bellísimo modo de transmitir el tuyo, Valeria. Estilo propio, muy definido y cultivado. Tiene altura. Prometes demasiado. Felicitaciones!!
Excelente. No es novedad que tu obra lo sea.
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