Verónica Barrionuevo
foto: Melina Di Fabrizio
Mencionada por:
Martín Moureu
Menciona a:
Laura Cabezas
Violeta Kesselman
Rocío Miño
Tamym Maulén Muñoz
Maximiliano Pezzoni
Verónica Andrea Ruscio
Nicolás Castro
Bio
Poética
Poemas
La aprendiz
había una cierta distancia en las fotos blanco y negro
algo que parecia temblar con la reacción química
de los sistemas de revelado
ahora todo es digital, ya no se mueven
suavemente con el viento al secarse
como banderas blancas donde la imagen
se sobreimprime de a poquito
y resignifica la nada
quizás
eso sea bueno
la inmediatez en su estado más puro
la pérdida de las poses
y el comienzo
de algo mas espontáneo
es normal para mí que no quieras
hacer muecas frente a mi cámara
y que no te interese
enredarte los pies con los yuyos
si te saco sin que te des cuenta
una instántanea de espaldas mientras caminás
descalzo por el patio una mañana de domingo.
Martín Moureu
Menciona a:
Laura Cabezas
Violeta Kesselman
Rocío Miño
Tamym Maulén Muñoz
Maximiliano Pezzoni
Verónica Andrea Ruscio
Nicolás Castro
Bio
Nació en Buenos Aires en noviembre de 1979. Estudió Letras en la UBA y Traductorado literario de Inglés. Trabaja como profesora de español para extranjeros y colabora con artículos en revistas. Escribe desde chiquita. Algunos de sus poemas aparecieron en El Interpretador, Zona Moebius, La Sombra (Mercedes) y Poetas al tuntún. Su única publicación en papel hasta el momento fue en 2009, en el libro colectivo “Laboratorio I” (Pornos/Milena Caserola Ed). Su blog es www.unsenuelobrillante.tumblr.com.
Poética
En algún lugar hay un señuelo brillante. Quizás se trate de seguirlo, de buscar sin saber bien qué hasta creer encontrarlo.
Poemas
La aprendiz
había una cierta distancia en las fotos blanco y negro
algo que parecia temblar con la reacción química
de los sistemas de revelado
ahora todo es digital, ya no se mueven
suavemente con el viento al secarse
como banderas blancas donde la imagen
se sobreimprime de a poquito
y resignifica la nada
quizás
eso sea bueno
la inmediatez en su estado más puro
la pérdida de las poses
y el comienzo
de algo mas espontáneo
es normal para mí que no quieras
hacer muecas frente a mi cámara
y que no te interese
enredarte los pies con los yuyos
si te saco sin que te des cuenta
una instántanea de espaldas mientras caminás
descalzo por el patio una mañana de domingo.
Crush
Bill sabía que no iba a poder
hacer más nada
por más que decidiera sentarse en el lugar
en algún momento la suma de sus pasos
iba a terminar dando cinco
el resto de su vida podría haber sido
una inercia
que durara años y años en el pasto
sentado acostado de pie
como un lienzo sin pintar
pero eso no era vida no era su vida
era una cárcel invisible hecha economía de los movimientos
era sólo durar en una espera
le pareció tanto mejor tanto más
parecido
al amor darle el gusto a ella y caminar despacio
dejarse desplomar ante sus ojos
con los brazos abiertos y la vista fija
regalarle
la extensión infinita de su muerte.
Bill sabía que no iba a poder
hacer más nada
por más que decidiera sentarse en el lugar
en algún momento la suma de sus pasos
iba a terminar dando cinco
el resto de su vida podría haber sido
una inercia
que durara años y años en el pasto
sentado acostado de pie
como un lienzo sin pintar
pero eso no era vida no era su vida
era una cárcel invisible hecha economía de los movimientos
era sólo durar en una espera
le pareció tanto mejor tanto más
parecido
al amor darle el gusto a ella y caminar despacio
dejarse desplomar ante sus ojos
con los brazos abiertos y la vista fija
regalarle
la extensión infinita de su muerte.
Anunciaron lluvia
¿escuchás cómo ronronea el lavarropas?
parece que tuviera
piedras adentro
pero es sólo la carga del día
me imagino el calor sureño
los desiertos donde un auto levanta polvo
la rebelión de las máquinas a la que le tenés miedo
encontrándote de pronto en una hamaca paraguaya
te imaginás mi mejilla contra el piso
intentando una comunión con la tierra
es lo que me deseaste cuando nos conocimos
y te hablé de pies tamborileando los suelos
calientes debajo de África
pero la tierra por ahora solamente
es la de las macetas azules
que suspiro al regar (ojalá no te des cuenta)
y el calor por ahora es ni más ni menos
que algo invisible algo espeso que se arremolina
sobre la ropa en la soga, una lucha de vectores
o una madre protectora: algo inexplicable
que no deja que se hundan los cimientos de la casa.
¿escuchás cómo ronronea el lavarropas?
parece que tuviera
piedras adentro
pero es sólo la carga del día
me imagino el calor sureño
los desiertos donde un auto levanta polvo
la rebelión de las máquinas a la que le tenés miedo
encontrándote de pronto en una hamaca paraguaya
te imaginás mi mejilla contra el piso
intentando una comunión con la tierra
es lo que me deseaste cuando nos conocimos
y te hablé de pies tamborileando los suelos
calientes debajo de África
pero la tierra por ahora solamente
es la de las macetas azules
que suspiro al regar (ojalá no te des cuenta)
y el calor por ahora es ni más ni menos
que algo invisible algo espeso que se arremolina
sobre la ropa en la soga, una lucha de vectores
o una madre protectora: algo inexplicable
que no deja que se hundan los cimientos de la casa.
Levedad
el momento mismísimo
en que todas las falsas alarmas dieron
negativas
nos entristeció un poco
nos habíamos acostumbrado
a la idea de catástrofe
sirenas que sonaban demasiado fuerte
pensábamos que la libertad era eso
recoger las piezas de lo que habíamos hecho
y enfrentarnos al futuro con las manos llenas
de pedacitos de vidrio
tratando de armar alguna figura
que no cortara las manos al modelarla
y quedara más o menos bien con pegamento
la verdadera libertad quizás sea
destinar ese tiempo
a soplar contra el viento un par de dientes de león
y ver cómo se desprenden en el aire
sus hojas mínimas
a las que
cuando éramos chicos
les pedíamos deseos y pensábamos
que eran iguales a alas de libélula.
el momento mismísimo
en que todas las falsas alarmas dieron
negativas
nos entristeció un poco
nos habíamos acostumbrado
a la idea de catástrofe
sirenas que sonaban demasiado fuerte
pensábamos que la libertad era eso
recoger las piezas de lo que habíamos hecho
y enfrentarnos al futuro con las manos llenas
de pedacitos de vidrio
tratando de armar alguna figura
que no cortara las manos al modelarla
y quedara más o menos bien con pegamento
la verdadera libertad quizás sea
destinar ese tiempo
a soplar contra el viento un par de dientes de león
y ver cómo se desprenden en el aire
sus hojas mínimas
a las que
cuando éramos chicos
les pedíamos deseos y pensábamos
que eran iguales a alas de libélula.
* * *
al fin !!
vamo´ que somo´ bochaaaa!!
buenos poemas...
genia!!!!! te quieroooo
Me alegro de haber encontrado mas poemas de Verónica B. acá, es que quiero leer mas y mas! me gusta mucho! Emma Gunst
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