Jimena Repetto
Mencionada por:
Jonás Gómez
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Jonás Gomez
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Bio/biblio
Nací en Congreso, en la ciudad de Buenos Aires. Me recibí de Lic. en Letras (UBA) y después estudié Dirección de Cine. Antes, leí los libros de la colección “Robin Hood” que encontraba en la casa de mis abuelos. Sigo pensando que los mejores libros son los que la encuentran a una casi de casualidad.
Los proyectos que más me gustaron los hice con amigos.En el 2007 fundé Revista Siamesa donde hoy seguimos trabajando para dar a conocer nuevas manifestaciones culturales.
Entre el 2008-2009 organicé, junto a muchos de los poetas que nombro, el ciclo de poesía y música "Ah Um, dijo un sapito".
"Bypass: que las cosas sean como siempre debieron ser" es mi primer obra como dramaturga y directora. Entre el 2009 y el 2010 se presentó en los teatros Vera Vera y Espacio Urbano.Como actriz, protagonicé el corto "Herida: o la felicidad" de Melisa Brito Aller, que, en el 2009, resultó ganador en el Festival Internacional de Cine de Tapiales.
Mis poemas aparecieron en: Color Pastel, Suplemento cultural Nexo, El Estandarte Porteño, Analecta Literaria, El Jabalí, Nueva Poesía Contemporánea, Poesía Manuscrita, Poesía Portátil.
Me espera una plaqueta “La ciudad de las ballenas cautivas” (Edit: Proveedora de Drogas)
Me gusta que me escriban a jimenarepetto@gmail.com
Poética
Creo en la poesía como ejercicio, en la sinergia entre el hacer y las palabras. Me gustan los versos simples y contundentes. Escucho la rítmica y busco las imágenes. Adoro el silencio. Y entiendo que es esencial para que los sonidos caigan con peso. Como piedras que rompen la superficie del agua.
Tres poemas
Tres átomos
Dijo que tenía tres átomos tatuados
y giraban
sobre su piel
sobre su pecho
sobre donde, imagino,
estará su corazón.
Dijo que eran negros
profundos
como serán las estrellas
las moscas de verano
o los autos que recorren las autopistas.
No sé por qué
pero los átomos
me generaron cierta intriga
como si escondieran un mandala.
Le pedí que me mostrara esas partículas
pequeñas cicatrices
y sabía
que podía no haber regreso
en la habitación oscura
la luz amarilla por la ventana
sin frío ni calor.
Dijo que no le había dolido nada
y se desnudó para mostrarme
sus tres heridas.
Apoyé la cabeza, compasiva,
y los escuché
como si le latieran
los átomos
y los sentí girar
quietos
en las órbitas.
No dije nada para no interrumpir
el movimiento
infinito
celeste
de lo dado.
Y lo que sucedió fue por eso
nada más que por eso
porque no quería que me preguntara
qué pensaba de algo tan simple
como la posibilidad de que el universo se detuviera
y nos dejara pasivos.
Y yo le dije,
aunque no debería haber dicho,
que no le temo a nada
salvo
a la contemplación.
No son horas
Le decían El Tigre
me acuerdo
siempre con esa camisa
arrugada siempre
por el parque no son horas
los faroles parecen estrellas
suspendidas
a tres metros del piso
a punto
de estallar.
Mi sombra podría
acechar el monumento
que debería tener tu nombre
tu parque no son horas
y yo.
Le decían El Tigre siempre
y no sé por qué
no me animé a preguntar.
Me siento en el banco del Tigre
quisiera tener un perro como él
un perro gris de collar rojo que supiera
devolver las ramas que le lanzo
como dagas invisibles.
No va a venir
no va a venir nunca más.
Podría tallar mi nombre
podría ser éste mi banco
y sentarme
no son horas y yo
enjaulada en el parque
mientras los pájaros se deslizan
entre las sombras de los plátanos.
Sé que le decían El Tigre
todos como decían
que yo me parezco a
y estaban equivocados.
No tengo garras
no tengo forma de rasgar este banco
con las uñas
no tengo forma
sólo dos alas atadas al cuerpo.
Un día me mostró los ojos El Tigre.
SssshhhH
las presas escuchan siempre
en las pupilas de los predadores
el silencio que se abre
antes de que ocurra el ataque directo
preciso
menos de un minuto.
Más se tarda en
me acuerdo
la camisa arrugada
un perro gris
casi una sombra.
Pero
hoy no va a venir
porque ayer
algo no salió
alguien no salió
algo se detuvo.
Debería tallar mi nombre
debería ser éste mi banco
y que estallen
los faroles estrella
o traer un perro que responda
a mi mirada
siempre un perro gris
como fui yo
a cualquier hora
devolviendo las ramas
cuando el parque era tu sombra
y tu sombra era yo.
Jinete
Ayer cabalgué un toro salvaje
10000 kilómetros de Pampa
y me di cuenta:
ya no te extraño.
* * *
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