Verónica Pérez Arango
Mencionada por:
Hernán Tenorio
Menciona a:
Florencia Fragasso
Ignacio Uranga
Elena Anníbali
Marcelo Díaz (Córdoba)
Natalia Leiderman
Juan Salzano
Poética
La poesía vive
afuera, en el mundo. Pero se escapa con velocidad, como un lobo suelto al que
no logramos ponerle nombre.
Bio
Nací el 10 de mayo de 1976 en Buenos Aires. Estudié Letras en la Universidad de Buenos Aires. Además de escribir, me gusta comer, bailar y salir a andar en bicicleta. Publiqué la plaqueta la desdentada (Casa de la Poesía de Buenos Aires, 2002), Camping(Bahía Blanca, Vox, 2010) y Un dibujo del mundo (Buenos Aires, El Ojo del Mármol, 2014). Participé de algunas antologías, como Exit 75 (edición a cargo de Germán Weissi, Alejandro Parrilla y Laura Mazzini, 2014), Razones para vivir en la dicha (2013) y Quedar en lo cantado. Poesía argentina y dominicana (El fin de la noche, 2009).Trabajo como docente en escuelas secundarias y coordinando talleres de lectura y escritura. Actualmente estoy escribiendo mi próximo libro.
Poemas
Nosotros, los
miopes
Es la hora de no
ver: para nosotros, los miopes,
la mañana trae la
niebla constante que entorpece
el camino hacia
la cocina. Se vuelve una carrera
peligrosa porque
no distinguimos las puntas imantadas
de los muebles, y
los juguetes en el piso son pequeños
animales a punto
de saltar si los pisamos con descuido.
Para nosotros,
los miopes, las caras pierden siempre
los detalles que
las hacen únicas: cicatrices, pecas,
lunares, la forma
de una ceja, el color de la piel
y las pestañas
desaparecen atrás de un velo grasoso.
Todos los rostros
se asemejan. Hasta el matiz del iris
o quien sabe cuál
es el tono que tiene una mirada.
A veces sueño que
estoy en un cielo de aire grumoso
y extravío las
lentes o los anteojos no me alcanzan
para reconocer a
mis hijos. Me horrorizo ante la pérdida
de profundidad y
de lo inútil que resulta forzar la vista
al preguntar si
será importante todo esto, si servirán
los ojos para ser mejores, conocer
el alma o ver a Dios.
Mi poema
melancólico
Mi poema
melancólico nace cuando barro el patio
y la paja de la
escoba que arrastra el otoño quebradizo
raspa las baldosas
haciendo ffjjjjjjjjj ffjjjjjjjjjj ffjjjjjjjjjjjj
mientras mis hijos
bailotean atrás mío
y sus bocas son
bocina, matraca, sonajero,
disco rallado,
globo que estalla, sifón.
Mi poema
melancólico se escabulle. Por el piso
se resiste a
desaparecer, aunque yo ventile
los cuartos y les
dé de comer a los gatitos
que cada mañana
vienen a hacer pis
en las macetas.
Hay noches en que la razón es nuestro naufragio
Hay noches en que la razón es nuestro naufragio
terremoto y tormenta
sobre una balsa de gomaespuma floreada
mis extremidades imitan a las víctimas
del avión que se desarma en el cielo.
El caos de la pieza
no alcanza para alterar los lugares de cada uno
en la cama
la tele irradia su espejo
sobre los pechos quietos y plateados.
¿Dónde estarán
las valijas
los asientos
los regalos
las hélices
la comida
las turbinas
la ropa
los pilotos
toda la
sangre?
Las olas del mar
no alcanzan para tapar la materia
la pequeña turbulencia que experimentás
la capa de nubes como un techo helado
y la temperatura que cae
más lentamente de lo previsto
igual a la velocidad cero de tu alma
sin datos ni dirección.
* * *
¿No será "rayado" en vez de "rallado"?
Tenes toda la razón, Mariano. Gracias.
Publicar un comentario